Obama pone ‘rostro humano’ a debate sobre refugiados

En una alusión directa al debate en torno a los refugiados en su país, el presidente estadounidense Barack Obama visitó a niños migrantes y declaró que son lo contrario de los terroristas que siembran la destrucción desde París hasta Mali. Intentando ponerle un rostro humano a la crisis de refugiados, dijo que «son iguales a nuestros chicos».

Los refugiados que Obama visitó en una escuela para niños pobres en Malasia no eran sirios, y a diferencia de la marea de sirios que encuentra fuerte resistencia en Estados Unidos, estos migrantes ya tienen permiso para radicarse allá. Pero Obama dijo que sus rostros podrían ser se niños sirios, iraquíes o de otras regiones en guerra.

«Es imposible distinguirlos de cualquier niño estadounidense», dijo Obama. «La idea de que debemos tenerles miedo, de que la política de alguna manera nos llevaría a apartar la vista de su situación, no refleja lo mejor de nosotros».

Más que una mera reflexión, estas declaraciones de Obama son un regaño directo a quienes exigen detener el ingreso de refugiados sirios e iraquíes en Estados Unidos después de los ataques del grupo Estado Islámico en París. «No hay contradicción» entre recibir a los refugiados y garantizar la seguridad interior, dijo Obama.

Muchos estadounidenses discrepan. Un gran número de demócratas abandonaron a su presidente, que se opone a reforzar las averiguaciones de seguridad; cuarenta y siete legisladores votaron contra Obama el jueves. Contando con una mayoría a prueba del veto presidencial, ahora esperan obtener lo mismo en el Senado, mientras Obama trata de torcer la discusión hacia cambios en los requisitos para visas que no afectarían a los sirios.

Obama recorrió un aula modesta donde se enseñaba inglés y preguntó a los niños de camisa blanca y corbata sobre sus aspiraciones para el futuro. Luego en un encuentro con refugiados mayores que próximamente irán a Estados Unidos, dijo que los niños «merecen amor y protección y estabilidad y educación».

«Ya se verá hasta qué punto representan lo contrario del terror, lo contrario de la violencia abominable que vimos en Mali y París», dijo el presidente.