Cuando el deseo sexual se pierde

Tener relaciones sexuales placenteras es, de acuerdo a estudios médicos, excelente recurso para tener buen humor, lucir joven o ejercitar al corazón, pulmones y algunos grupos musculares, aunque es evidente que también puede tratarse de una de las experiencias más sublimes de la vida en pareja; no en vano, sería difícil utilizar palabras para tratar de describir las emociones y la comunicación que se experimentan al acariciar el cuerpo del ser amado, oler su piel y participar del gozo mutuo. Por desgracia, lo anterior no significa que erotismo y sensualidad sean temas valorados en su justa dimensión, pues todavía siguen siendo objeto de menosprecio, juicios morales restrictivos, educación mal encaminada e imposición de estereotipos sociales que interfieren en el desempeño de las personas durante un encuentro amatorio, limitan su disfrute y reducen el anhelo de llevarlo a cabo, es decir, ocasionan apatía sexual.
En este sentido, la Dra. Nadine Terrein Roccatti, terapeuta adscrita a la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (Amssac), destaca que «la disminución en las ganas de tener relaciones es una situación que puede escapar de la percepción del paciente, y por ello quien lo descubre en muchas ocasiones es la pareja. No hablamos de una alteración que ocurre durante un par de días, sino que es persistente y recurrente porque el desinterés hacia la actividad sexual se manifiesta durante dos, tres o más meses».
La sexóloga y psicóloga ahonda en que la indiferencia hacia el contacto íntimo forma parte de uno de los cuatro grupos de eventos que se conocen como disfunciones sexuales y, por ende, «se distingue porque ocurre de manera involuntaria, tiene características o síntomas bien determinados, y puede presentarse tanto en hombres como en mujeres». Además, destaca la importancia de que toda persona que sospeche de alguna anormalidad en su desempeño sexual acuda a un especialista, ya que éste cuenta con la formación necesaria para ayudarle a emprender cambios que redundan en una mejor calidad de vida. «Hombres y mujeres tenemos derecho a una vida sexual plena, satisfactoria, saludable y enriquecedora, por lo que vale recordar que estos problemas son superables gracias a una buena terapia encaminada a lograr que esta parte de nuestra existencia sea agradable y divertida, en vez de angustiante». Terrein Roccatti específica que las disfunciones sexuales son aquellas circunstancias.