El miedo, tras sus “¡ya basta!”

¿Qué pensamiento es el que provoca los macabros «¡ya basta!» y #YaChole que emiten los tolucos y pachuquitas, como una bravata de cansancio, inoperancia y rendición, que preten-
de ser tomada como una amenaza real y taimada contra toda exigencia y reclamo de información y de derechos civiles?
De los derechos humanos, mejor no hablamos, porque sus defensores los han desprestigiado y revolcado como una cobija meada de borracho.
La recalcitrante derecha que actualmente está, según ella, adueñada del pandero, piensa que puede tratar a los mexicanos, desde la Atalaya de su pretendido poder, como si fueran una manada amaestrada de perritos de Pavlov. La derecha y sus estultos voceros, está vencida en todos los flancos, equivocada de cabo a rabo.
¿Por qué mientras más errores cometen, culpan al pueblo de su recurrente falta de éxito ?? ¿Por qué aplastan todos los derechos posibles, en nombre del triunfo al futuro de programas y obras faraónicas que no tienen un mínimo de viabilidad? ¿Por qué creen que todos los asuntos del Estado y los negocios públicos se resuelven con dinero ajeno?

¿Dirigentes? No, simples aprendices
de manipulación

Ahora mismo, el país es utilizado como escenario de titiriteros sangrientos, amos –según ellos– del poder, del miedo y las armas, que imponen designios descabellados e inoperantes, a favor de la delincuencia, ante una opinión pública nacional y extranjera, harta de la molicie y mendacidad de estos «dirigentes», en realidad, simples aprendices de manipulación.
Nos usan para cualquier experimento, para justificar cualquier amenaza, para aguantar cualquier medida autoritaria, para soportar cualquier capricho, para solventar, con nuestro dinero, el costo de cualquier ocurrencia de los miembros de ese grupo decadente y desclasado.
Un grupo de personitas que actúa como si creyera que somos una jauría que reacciona en favor de los mexiquenses, sólo por la vía de los instintos, secretando agradecida por las glándulas salivales ante cualquier estímulo externo provocado por ingenuos terroristas de la información, o por locutores prostituidos que cobran por cada expectoración, aprovechándose de la suma ignorancia y notoria inexperiencia de los que reparten el bacalao.
Sin embargo, detrás de todos los errores voluntarios, de las amenazas de «sus» periodistas consentidos,? de sus gazapos impositivos disfrazados de samaritanismo –como el mega gasolinazo que acaban de asestar diputados y senadores de la «bancada Vi(rey)garay” de la guanga mayoría PRI-Verde–, está una ideología macabra y demasiado pasada de moda: la derecha históricamente vencida.

Propaganda derechista: al basurero o a la cárcel

El espíritu del miedo los ha poseído, hubiera dicho en «El Maleficio», Ernesto Alonso, el protagonista principal en el rol del esperpéntico Enrique de Martino, un machito diabólico que justificaba su nulo atractivo masculino y los desaires de las galanas , con una frase icónica para los seriales de Televisa: «En las cosas del corazón, nadie manda».
Desgraciadamente, y en respuesta a todos los desalmados atracos ideológicos que les ordenan sus patrones cometer a diario, desde páginas y micrófonos milmillonariamente subsidiados por los impuestos del pueblo, así como se oye, gracias a las gacetillas y panfletos comprados con dinero del erario, están más perdidos que un oso polar en la acapulqueña playa del Revolcadero.
Nunca han sabido lo que balbucean y garrapatean? en todos los medios que alquila el llamado gobierno de Toluca. La cultura del miedo que propalan, pagada con nuestros impuestos, es la antesala favorita del autoritarismo y aún del despotismo amenazante, desprovisto de cualquier prenda intelectual.
La propaganda del miedo es el caldo de cultivo ideal para el florecimiento de todas las tesis de derecha que, si les va bien, acaban en el basurero y, si se les aplica la justicia, acaban en ergástulas y patíbulos levantados por la clase despreciada.

Miedo: termómetro que mide el secuestro de la democracia

Allí donde hay miedo, siempre existe una clase de sátrapas y atrabiliarios que le tiene terror al ejercicio de las libertades. El miedo es el mejor termómetro para saber cuándo se ha secuestrado cualquier asomo democrático.
Ancestralmente, el miedo se identifica con la medicina idónea de los falsarios para atacar la razón, el raciocinio y la verdadera solidaridad popular.? Es y ha sido la amenaza que pende sobre la libertad del espíritu, identidad perdida de las civilizaciones occidentales.
La expresión «ideología burguesa», no designa hoy nada positivo. La derecha aún existe y actúa, pero su pensamiento, catastrófico y vacío, no es más que un contrapensamiento. La derecha quiere sobrevivir, pero sus ideólogos, sabiéndose condenados, vaticinan la hecatombe universal.
El pensamiento de la derecha, en su involución, cuando se posesiona de mentes pueriles, degenera en la ultraconservadora cultura del miedo, generadora del feroz consumismo, que entroniza la seguridad como objetivo esencial, por encima de cualquier otro, incluso del derecho a comer, a vivir y a recibir justicia y bienestar.

Pensamiento de vencidos, pensamiento vencido

Bajo el reino del miedo, las reglas de la intriga, la mentira y la sospecha, ubican de inmediato al margen de la ley a cualquier ser pensante o diferente. Este retorno a la caverna, de la mano de la derecha más reaccionaria, va acompañado de la reducción y supresión de garantías individuales y protecciones sociales, ¡faltaba más!
?Vociferan: «¡Los pobres son gandules que quieren vivir a costa del gobierno!” (Pero callan el puntual pago de los impuestos y las triquiñuelas que hacen a sus costillas). Incrementan bestialmente los presupuestos militares y los de la Armada escogida.
Conceden medidas fiscales favorables y devolución de impuestos a los que más tienen y menos necesitan (ofertismo fiscal) y patrocinan descaradamente la filantropía teletónica de las grandes cadenas televisivas y comerciales –sobre todo la Soriana de Peña Nieto–, asegurándose sus enormes beneficios y sus servicios de changarros.
?Pensamiento de vencidos, pensamiento vencido. Para descifrar las ideologías de la derecha retrógrada, conviene recordar que siempre se elaboran bajo el signo de la derrota, han aclarado las mentes más brillantes de la humanidad, no estos desdichados.

Hicieron fama y el mundo ya “nos los pela”

Cuando la llamada burguesía vislumbraba el fin de la humanidad, es decir, su propia liquidación como clase, fue en el momento en que el fascismo fue vencido. Agotada su última esperanza, quiso arrastrar hacia la muerte a todo el mundo. Bajo falsos ropajes, se aferró al régimen de libre competencia (en el que estamos embarcados; en el que ellos nos embarcaron) y, de repente, se encontró con que el capitalismo salvaje lo había arrasado también.
Ahora quieren aferrarse, sí, a ese capitalismo salvaje. Pero no tiene fichas. En cualquier mesa de juego son descartados, porque hasta los grandes tiburones de las finanzas, la industria y el comercio mundiales ven con desprecio su pequeñez y gran voracidad rastacuera. ¡Haz fama y échate a dormir!

El 11-S, para desatar el miedo en todo el orbe

La derecha estadounidense, ejemplo de todos nuestros mentecatos, empezó inoculando? una ansiedad inexplicable en la que millones de ciudadanos sufrían miedos patológicos y fobias obsesivas, por las pretendidas amenazas de negros e hispanos, supuestamente delincuentes.
«Hispanos desadaptados, adolescentes psicópatas, asteroides que se estrellarían contra el planeta, grandes desastres de películas hollywoodenses que se harían realidad o violentos carteles de narcotraficantes colombianos y mexicanos», propalaba su estrategia del miedo.
El auto atentado a las Torres Gemelas y la infamante invasión a Irak fueron vistos miles de veces por miles de millones de seres humanos en una cuidada y meticulosa puesta en escena… y el miedo fue agudizado a fondo por la extrema derecha en el poder.
La impagable colaboración de las empresas televisoras de todo el mundo fue la cereza del pastel de este final macabro y doloroso. No tardaron las trompetas bautistas en llamar para arrasar Mesopotamia, la cuna de la civilización occidental.
Y casi lo logran, de no haber sido por la opinión pública que reclamó airada por los cadáveres embolsados de sus muchachos, y por sus hijos combatientes, en resorts de rehabilitación psicológica o, incluso, suicidados por su vacío existencial y por el miedo a la vida.

La tolucopachucracia, derrotada
desde antes del juego
?Pachuquitas y tolucos se esfuerzan en repetir un guion que nunca alcanzarán. Tienen un problema patológico: no saben leer, ni hablar, menos memorizar. Es más fácil el gazapo que la repetición imitativa adecuada para sus truculentos objetivos.
En esto del miedo manipulado que sirve a intereses concretos, tampoco tienen experiencia. No nos engañemos, si su fin es justificar y hacer posibles conductas y actuaciones políticas hasta hace muy poco totalmente inadmisibles, están fuera de contexto. La jugada va más adelante que ellos. La población consciente les contesta y los apabulla en cada lance, a segundos de cometido el estropicio y la bravata. Las redes sociales son implacables.
?Si lo que quieren es vaciar la democracia de contenido, atizar la falta de participación electoral para que gane su badulaque candidato y extirpar los valores de los movimientos críticos, están derrotados antes de empezar la partida.
Si quieren arrasar con los que ponderan el valor de la verdad y la autenticidad, si quieren callar las protestas de los que defienden la libertad sin tapujos, la universalidad y la solidaridad con los vulnerables, para sustituirlos con mequetrefes de rancios retrocesos y plumas paniaguadas, desde ahora hay que decirles: “no les alcanza lo que traen”.
No tienen ya ni para dónde hacerse. Que vayan con sus bravatas y sus miedos a otra parte. ¡Aquí ya reventaron hasta su última ficha!

Índice Flamígero: La rancia derecha sin disfraz, la panista –tan o más zafia que la ahora “empoderada”–, criticó hace poco la designación de cónsules, olvidando convenientemente que durante la bien llamada “docena trágica” de nuestro país, ellos nombraron a un buen bonche de impresentables con cero experiencia diplomática, cual fueron los casos del ex embajador en Grecia, por sus “méritos” como ex secretario particular del beodo –¡se las pone “de relojero”! y se queda dormido sobre la mesa– Felipe Calderón; su ex procuradora ocupando el consulado en Milán, y por ahí cerca el ex dirigente del blanquiazul en el Vaticano, o el ex diputado en la embajada de España… entre otros muchos más. Lo soslayaron a conveniencia.