Se ha cedido a la presión inmobiliaria en Santa Fe

Santa Fe, que creció aceleradamente desde mediados de la década de los 80 a un ritmo que la llevó a afrontar problemas de movilidad y urbanismo, llegó al límite sobre su capacidad de desarrollo urbano, lo que se refleja en problemas como la instabilidad de su terreno.
José Luis Gutiérrez, académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana, explicó que como todas las áreas de la ciudad, Santa Fe contaba con características hídricas propias que se mantuvieron equilibradas hasta antes de que la zona fuera urbanizada.
No obstante, la presión de los desarrollos urbanos comenzó a alterar el equilibrio hídrico sin que existiera de por medio una planificación adecuada y la la infraestructura necesaria para mantenerlo.
“El problema de Santa Fe es que es una zona que ha cedido a la desmedida presión por desarrollar, que ha llevado a prácticas con cortes en los taludes y tepetates que muchas veces están expuestos a la intemperie.
“Si consideramos que el equilibrio hídrico está alterándose y el efecto de la intemperie en estos cortes que se hacen en algunas partes, la consecuencia es que el comportamiento del tepetate se altera y comienza a desgajarse, exactamente lo que hemos visto en fechas recientes”, dijo el especialista.
Gutiérrez indicó que existe un riesgo por la alteración del comportamiento del terreno asociado a los factores señalados, principalmente en predios vinculados a taludes con cortes de 90 grados sin ángulos de reposo; que tienden a la inestabilidad.
“Seguimos densificando bajo una lógica sólo económica en la zona y seguimos construyendo con un criterio de no inversión en cuestiones de prevención, dedicando el dinero a acabados u otros aspectos de mayor gancho para la venta”, apuntó el académico de la Iberoamericana.