Practicar tai chi mejora la fuerza muscular y alivia el dolor crónico

Personas de mediana edad y adultos mayores que practican tai chi regularmente logran mayor fuerza muscular y alivio al dolor, según concluye una revisión de diferentes estudios. Con sus movimientos lentos y suaves, el tai chi parece ser el ejercicio adecuado para adultos de mediana edad y personas mayores que presentan múltiples afecciones simultáneamente (lo que los médicos llaman comorbilidad), lo cual es común en ese sector de la población. Por tanto, según la autora principal, Yi-Wen Chen, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, conviene «analizar los beneficios de las intervenciones terapéuticas y físicas para las distintas comorbilidades».
Un equipo de científicos dirigido por Yi-Wen Chen revisó los resultados de 33 investigaciones sobre los efectos del tai chi en individuos con cuatro enfermedades crónicas: cáncer, insuficiencia cardiaca (el corazón no puede bombear volúmenes adecuados de sangre), osteoartritis (trastorno articular) y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); incluso, algunos tenían otras complicaciones extras de salud. Cabe señalar que los estudios seleccionados incluían a más de mil 500 personas, y los autores originales habían usado el tai chi como intervención para algunas de las cuatro afecciones mencionadas. El equipo de especialistas se concentró en los efectos del tai chi sobre distintos factores, como la distancia que los participantes podían caminar durante seis minutos, la fuerza muscular de sus piernas, el tiempo necesario para levantarse de una silla, la calidad de vida y la depresión. También revisó el efecto en ciertos síntomas de algunas enfermedades, como dolor y rigidez de la osteoartritis, así como la dificultad respiratoria de la EPOC. Los investigadores observaron que el tai chi mejoró el rendimiento en la prueba de los seis minutos de pacientes con insuficiencia cardiaca y EPOC, y aumentó la fuerza de las rodillas en dos estudios sobre el tratamiento de ambas afecciones. Asimismo, redujo la depresión en individuos con insuficiencia cardiaca, aunque no superó a otras intervenciones, como el manejo del estrés en pacientes oncológicos, ni estabilizó los niveles de presión en personas con insuficiencia cardiaca. En cambio, los pacientes con osteoartritis que practicaron tai chi pudieron levantarse más rápido de una silla, aumentaron la funcionalidad general y mejoraron significativamente su calidad de vida, al tiempo que el dolor y la rigidez disminuyeron notablemente.