Conoce todas las verdades sobre del colesterol

El colesterol es un compuesto graso que produce el hígado y cuya función principal es proteger a las membranas de las células de todo el cuerpo. Para llegar a ellas se desplaza por el torrente sanguíneo en forma de paquetes llamados lipoproteínas. Sin embargo, cuando el colesterol se presenta en exceso se adhiere a las paredes de las arterias reduciendo su capacidad de tránsito, provocando la disminución de la sangre que debe llegar a órganos tan importantes como el cerebro y corazón. La irrigación insuficiente propicia dolor, angina de pecho y, en el peor de los casos, infarto. El riesgo de incrementar la cantidad de colesterol en la sangre se inicia cuando ingerimos alimentos que lo contienen, principalmente carne, huevo y algunos derivados lácteos. Es por ello que desde la década de los 50 se ha popularizado la presencia en el mercado de productos bajos en grasa, el auge por ejercitar el cuerpo, los cuidados médicos en el consumo de sal y las restricciones a los fumadores. No obstante, el paso más importante en la búsqueda de la reducción de la hipercolesterolemia (o exceso de colesterol en la sangre) lo ha dado la industria farmacéutica, con avances que han favorecido la calidad de vida de gran número de enfermos. Baste señalar como ejemplo el desarrollo de las llamadas estatinas, sustancias que actúan directamente en el hígado bloqueando la producción de colesterol, y por las que un grupo de investigadores estadounidenses se hizo merecedor al Premio Nobel de Medicina hace 10 años.
Es importante mencionar que se reconocen tres tipos de colesterol: uno de ellos es el denominado total, que es el cúmulo absoluto en el organismo. Uno más es el llamado de baja densidad (LDL) o colesterol malo, que por su pequeñísimo tamaño se adhiere a las paredes arteriales y las perfora, ocasionando que se oxiden y luego se rompan formando trombos o coágulos que impiden el libre tránsito de la sangre. El tercer tipo es el de alta densidad (HDL) o bueno, cuya función principal es sintetizar la adrenalina y hormonas, de acuerdo a lo que el organismo necesita, además de que disminuye las concentraciones de LDL en las arterias. Los triglicéridos merecen mención aparte, pues son los azúcares que el organismo no necesita y que convierte en grasas, por lo que resulta también muy importante mantenerlos en niveles bajos. Ahora que usted sabe de los riesgos, no está por demás que se practique un examen para medir sus niveles de colesterol y que consulte a su médico cualquier duda al respecto. Desde la mitad del Siglo XX a la fecha, en los países industrializados el infarto es el primer factor de muerte en la población adulta. En México, las defunciones por este motivo se han incrementado en los últimos años. Diversos estudios indican que una de las causas es el exceso de colesterol en la sangre. Debido a que las grasas o lípidos no son solubles en agua, colesterol y triglicéridos viajan a través de la sangre como parte de ciertos conglomerados llamados lipoproteínas. Dichos conjuntos de moléculas están formados por un núcleo de triglicéridos (empleados por el organismo para obtener energía), los cuales están rodeados de una combinación de fosfolípidos (que en un extremo pueden unirse a las grasas y en el otro al agua), colesterol (empleado para la elaboración de hormonas y de la membrana celular) y ciertas proteínas.
Existen 4 tipos: lipoproteínas de alta densidad (HDL), de baja densidad (LDL) y de muy baja densidad (VLDL); además, después de la ingesta de grasas aparecen en el plasma sanguíneo los quilomicrones, que son partículas con pequeña cantidad de proteína y densidad.