Lo que revelan los triglicéridos

Las grasas, también denominadas lípidos, son sustancias ricas en energía que fungen como combustible para que los diferentes procesos físicos, químicos y biológicos del organismo puedan efectuarse sin ninguna dificultad. Asimismo, pueden ser almacenadas en las células adiposas, las cuales se encargan de aislar el frío y proteger contra lesiones.
Los dos principales tipos de lípidos presentes en la sangre son colesterol y triglicéridos, elementos que deben mantenerse dentro de los niveles normales para evitar problemas a largo plazo, por ejemplo, enfermedades en las arterias. En cuanto al segundo tipo de grasa, es importante saber que la cifra normal para una persona adulta es 150 miligramos, en caso contrario, se presenta un padecimiento conocido como hipertrigliceridemia (exceso de triglicéridos) que, aunque no parece ser factor importante de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, refleja la posibilidad de sufrir diversas afecciones. Entre éstas se encuentran aterosclerosis (enfermedad en la que la materia grasa se acumula en las paredes arteriales), obesidad extrema, diabetes y colesterol elevado.
Es importante conocer que el incremento de triglicéridos puede deberse a exceso de peso, ingesta de gran cantidad de calorías (especialmente las que provienen de azúcar y alcohol), edad, acción de algunos medicamentos (anticonceptivos y diuréticos), problemas en riñón e hígado, estrés, así como antecedentes familiares. Resulta conveniente aclarar que hay ocasiones en que se registran cifras más elevadas de triglicéridos porque se consumieron alimentos grasosos pocas horas antes de realizar los análisis de sangre. Por ello, se recomienda efectuar este tipo de examen en ayuno de 12 a 14 horas, pues sólo así se conocerá la cantidad que el organismo produce.
Es importante que con asesoría de su médico determine la cantidad de calorías que usted necesita cada día para lograr o mantener peso corporal saludable, mientras tanto, es conveniente que considere los consejos que a continuación le proporcionamos:
Consuma menos alimentos ricos en grasas.
Prefiera comestibles que contengan almidón y fibras, como brócoli, apio, col, lechuga, pera, manzana, guayaba con cáscara, cereales y pan integral.
También es necesario que sepa distinguir el tipo de grasas que usted ingiere, para que de esta manera escoja las menos perjudiciales.