Prepara a tus hijos para enfrentar el frío

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) incluyen desde el resfriado común hasta la neumonía, tienen evolución menor a 15 días y presentan uno o más síntomas como tos, congestión nasal, dolor de garganta u oídos, ronquera o dificultad respiratoria, acompañados o no de fiebre.
En México, las IRA constituyen la primera causa de morbilidad (cantidad de personas víctimas de una enfermedad en un espacio y tiempo determinados) en menores de 5 años: de cada 100 consultas médicas, 13 son por esta razón. Esto significa que un niño tiene de 2 a 4 episodios de infecciones respiratorias al año.
En la nariz tenemos un sistema de defensas natural formado por vellos y mucosa nasal, que actúa contra elementos dañinos del ambiente. Sin embargo, con las bajas temperaturas, éstos se enfrían y no pueden controlar del todo el paso de los microbios ni calentar el aire que llega a los pulmones.
Muchos virus comunes en el invierno se transportan en el aire, por tanto, si estamos cerca (1.2 a 2 metros) de alguien enfermo, fácilmente contraemos varios tipos de virus. Los niños son más vulnerables a enfermedades respiratorias debido a que pasan más tiempo al aire libre y respiran más rápido que los adultos.
Enfermedades respiratorias más comunes en los niños
El contacto con virus incre-menta la probabilidad de contraer enfermedades como gripe, amigdalitis, otitis, influenza o bronquitis, muchas de las cuales pueden complicarse si no se controlan oportunamente.
Gripe o resfriado común: tiene duración aproximada de 2 a 5 días. Sus síntomas incluyen malestar general, obstrucción nasal, estornudos, tos seca que evoluciona a tos con flemas, y a veces fiebre superior a 38.5°C. En menores de 1 año puede haber trastornos del sueño y de su alimentación.
Amigdalitis: inflamación de las amígdalas producida por un virus o una bacteria. La infección también puede estar presente en garganta y faringe (faringitis).
Sus síntomas incluyen enrojecimiento de las amígdalas (en ocasiones acompañado de manchas blancas y dolor), dificultad para deglutir, fiebre, dolor de cabeza o garganta, y pérdida de voz.
Bronquitis: inflamación de los bronquios (conductos que conectan tráquea y pulmones). Causa dificultad en la respiración, producción de grandes cantidades de moco, episodios de tos, dolor de pecho o sibilancias (ruidos) y congestionamiento nasal. Se transmite a través de las gotitas de saliva que una persona expulsa al hablar, toser o estornudar.
Otitis: inflamación de los oídos que se manifiesta mediante dolor muy fuerte, constante o intermitente. Varios factores pueden ocasionarla, como antecedentes de gripe, faringitis, entre otros.
Neumonía: inflamación de un segmento de los pulmones producida por la infección de un virus o por la bacteria neumococo.
Entre sus síntomas más frecuentes se encuentran fiebre, escalofríos, tos con mucosidad y dolor al respirar. Su principal complicación es la dificultad respiratoria, por lo que ante el menor síntoma se debe consultar al pediatra.
¿Cómo cuidar a los niños en invierno?
Evitar que tu pequeñ@ se enferme durante el invierno es imposible, pero tomar en cuenta las siguientes medidas para prevenir infecciones respiratorias o para disminuir sus efectos nocivos, ayudará a tener felices fiestas decembrinas:
Evita que permanezca en lugares cerrados y con alta densidad de población. El hacinamiento facilita la transmisión de microbios productores de enfermedades respiratorias en niños.