Niños transgénero, cambiando de sexo

Se estima que 1 de cada mil personas en el mundo, tiene un trastorno de identidad de género, es decir, nació sintiendo que su ser no corresponde a su cuerpo, lo que a menudo se confunde con la orientación sexual, pero cabe aclarar las diferencias entre estos conceptos:
Identidad de género es la sensación interna que tiene una persona de saberse hombre o mujer. La forma en que elige comunicar esta identidad a otros, ya sea a través de su vestimenta o formas de actuar, representan su expresión de género. Orientación sexual describe hacia quién se siente atraída una persona sexualmente (por ejemplo, la homosexualidad: atracción de un hombre o una mujer hacia personas de su mismo sexo).
Ser transgénero no tiene que ver con intersexualidad (conocida comúnmente como hermafroditismo, en el que existen alteraciones cromosómicas por las que no es posible determinar claramente el sexo de una persona). Tampoco implica ninguna forma específica de orientación; las personas transgénero (o trans, en inglés) pueden identificarse como heterosexuales, homosexuales, bisexuales o asexuales. El término transgénero solamente se refiere a personas que se sienten incómodas con su sexo de nacimiento.
Disforia de género en niños
Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, 1 de cada 15 mil niños es transgénero. A partir de los 3 años de edad, los pequeños comienzan a desarrollar su identidad y mostrar señales de persistente identificación con el sexo opuesto (disforia de género):
Inconformidad con su género. Uno de los signos más frecuentes de este rechazo es cuando el niño asegura que es niña o viceversa. Niños transgénero suelen repudiar sus genitales y desear que desaparezcan. Las niñas trans también reniegan de sus órganos sexuales, no quieren que sus senos crezcan ni tener menstruación, anhelan tener pene y se niegan a orinar sentadas. Ropa, lecturas, juegos y juguetes distintos. Aunque ocasionalmente los niños quieran vestirse diferente o se aburran de jugar con los mismos objetos, en el caso de los niños transgénero se trata de conductas repetitivas en las que optan por vestir o jugar con objetos propios del sexo contrario. El niño con trastorno de identidad de género suele sentirse incómodo en grandes grupos, sobre todo con gente de su propio sexo (prefiere reunirse con amigos del género con el que está más identificado), por lo que pasa más tiempo solo.