Colas ante los hospitales, labores de rescate y los testimonios de personas aún afectadas por el temor que les asaltó ayer cuando un terremoto de 7,5 grados zarandeó el noroeste del país se entremezclan hoy en Pakistán, mientras las autoridades siguen buscando supervivientes y contando muertos.
Los equipos de rescate acceden progresivamente a las zonas sacudidas por el terremoto que el lunes se registró en Afganistán, donde mató a 115 personas, y dejó al menos 231 muertos en la vecina Pakistán.
En la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán y la más azotada por el sismo, camillas con heridos se esparcen en el exterior del Hospital Ayub de Abbottabad, el centro médico con más capacidad del norte del país con unas 1.000 camas.
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras daba hoy cuenta de esa escena en su cuenta de Twitter, en la que mostraba imágenes de la espera y la atención hospitalaria de emergencia.
El terremoto azotó con fuerza Abbottabad, relató a Efe por teléfono Muhammad Khan, un vecino de esa localidad al recordar cómo durante cerca de dos minutos los edificios se movieron «como cajas de cartón» y ladrillos y azulejos cayeron de los edificios.
«Los pájaros comenzaron a sonar a lo lejos. Estábamos en la carretera, cerca del centro de la ciudad. Todos los vehículos se pararon y la gente salió de las tiendas y oficinas», detalló Khan, vecino de un área «gravemente» dañada en esa localidad.
Según narró, se asustó al escuchar gritos en un colegio cercano durante el temblor, pero asegura que el buen manejo de la situación por parte de los profesores evitó que se produjese una estampida.
Las áreas tribales del noroeste paquistaní, las más afectadas del país por el terremoto, son montañosas y de escarpada orografía, además de altamente inseguras por ser morada de un gran número de grupos insurgentes.
«Se han producido daños generalizados en las infraestructuras, con vías de comunicación completamente sepultadas por corrimientos de tierra y rocas, por lo que es muy difícil acceder a estas áreas», explicó a Efe el director de la ONG Mercy Corps en Pakistán, Arif Noor.
A pesar de que este es el seísmo de mayor intensidad en el sur de Asia desde que en abril un terremoto de 7,8 grados en la escala Richter sacudiera Nepal y causara casi 9.000 muertos, Noor cree que sus efectos «van a ser mucho menores» que los del registrado en la Cachemira paquistaní en 2005, cuando fallecieron cerca de 55.000 personas.
«Hay gente afectada que vive en zonas tan remotas que necesitan caminar durante una o dos horas para poder llegar a una carretera principal donde poder recibir ayuda», indicó Noor.
Algunos de los heridos del distrito de Chitral, en la provincia de Khyber, fueron trasladados hoy al hospital militar de Rawalpindi, cerca de la capital del país, según indicó la oficina de comunicación del Ejército (ISPR) en su página oficial de Facebook, en la que compartió fotos de soldados y civiles metiendo a víctimas en vehículos.
Sin embargo, Fazal Khan, un agricultor de 42 años, aseguró a Efe por teléfono que a su casa, situada en ese distrito, todavía no ha llegado ningún equipo de emergencia.
La estructura de su vivienda fue «parcialmente» dañada por un temblor que Khan describió como un «pequeño destello del más allá», que le recordó una «escena de resurrección» de la que le habían hablado sus antepasados.
«Creí que pararía después de un rato, pero la intensidad fue aumentando progresivamente. Corrí fuera de casa y vi que mi mujer estaba corrieron delante mía con nuestro bebé en brazos», afirmó.
«Nuestros vecinos salieron de sus casas gritando y recitando el Kalima» (oraciones islámicas), agregó.