Tan sólo en el Senado de la República, alrededor de 270 cabilderos conforman el padrón de quienes se reúnen de manera autorizada con los legisladores para conocer primero el sentido de los proyectos e iniciativas y al final de acuerdo a sus intereses privados y comerciales, influir en la elaboración de las leyes.
Obvio, no son sólo empresas nacionales las que tienen acceso a los legisladores, también se dejan ver los intereses de los grupos transnacionales. Autotransportes, bebidas de todo tipo, editoriales, cigarreras, farmacéuticas y hasta las áreas de telecomunicaciones tienen acceso directo a las Cámaras legislativas para defender sus beneficios económicos, de lo que se entiende son los diputados y senadores quienes negociarán siempre anteponiendo el interés y bienestar de todos los mexicanos.
La regla empero, entre legisladores y cabilderos es que unos van por la permanencia o la búsqueda del poder y los otros, por sus meros provechos económicos y la acumulación de más y más riqueza.
Más que cuestionable, es que luego de cabildear –o amañar–, las refresqueras lograran que los diputados aprobaran la disminución del 50 por ciento al gravamen de sus bebidas a partir del próximo primero de enero del 2016, cuando apenas en el 2013 el impuesto fue aumentado y gravado durante 2014 y 2015; mismo que se basó en la premisa que dichas bebidas contribuían en un porcentaje –aunque mínimo pero muy dañino y adictivo— al tsunami del problema en salud en nuestro país de la obesidad y las otras enfermedades derivadas.
De ser aprobada tal medida también en el Senado, los refresqueros en México no reducirán el precio de sus bebidas, pero sí dejarán de pagar alrededor de 500 millones de pesos en impuestos, que sí abonaron a la Hacienda pública en los dos años anteriores y que ésta deberá obtener de otros contribuyentes cautivos.
Los refresqueros y sus representantes han hecho el compromiso de que con este incentivo fiscal, realizarán ajustes a sus fórmulas de cada bebida para disminuir el contenido de azúcar en las mismas, que al final, no cumplirán.
¿Quién defiende a los consumidores, a los mexicanos, sus intereses y su bienestar?
Es cierto que los perredistas han abundado en contra de la disminución del impuesto a los refrescos: ¿Pero es en defensa de sus representados, más allá de sus intereses políticos?
Acta Divina… El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, comentó que la disminución del impuesto a los refrescos no fue propuesta por el gobierno federal sino por los diputados, y la decisión de mantener ese gravamen o cambiarlo corresponde al Senado.
Para advertir… Quién ganará: ¿La maña o el interés público?.