¡Atención! Una mujer puede contagiarse VIH por compartir un cortaúñas

Cuando pensamos en ir al salón de belleza a dejarnos las manos y los pies perfectos nunca podríamos imaginar que esa decisión pueda cambiar tanto nuestra vida.

Una mujer de 22 años de Brasil indicó que después de ir a hacerse la manicura se contagió el virus del VIH. Tras una investigación, se llegó a la conclusión de que esto es posible si no se llevan a cabo ciertas prácticas de limpieza y desinfección de las herramientas utilizadas.

El caso de la mujer que se contagió VIH por
compartir un cortauñas
La joven brasileña, al enterarse de que tenía VIH pidió a los médicos que se investigaran las causas, debido a que nunca había tenido sexo, no había recibido ninguna transfusión de sangre ni operación, no se había hecho ningún tatuaje ni piercing, tampoco se había drogado ni inyectado sustancias con jeringas ni tenido contacto con personas ensangrentadas. Los médicos estaban más que desorientados y no comprendían cómoa esta muchacha se había contagiado.

Tras indagar en la vida de la paciente, descubrieron que ella había compartido herramientas de manicura con su prima hacía diez años. A este familiar le habían detectado VIH unos años después. Los posteriores estudios confirmaron que ambas mujeres estaban infectadas con cepas similares del virus, por lo que los médicos llegaron a la conclusión de que es posible contagiar esta enfermedad al usar ciertos elementos compartidos.
¿Cómo se puede contagiar el VIH en el salón de belleza?
Esta noticia no es para dejar de ir a hacerse la manicura o pedicura, pero sí para prestar atención a los cánones de limpieza y desinfección en los salones de belleza a los que asistimos. Las leyes indican que estos instrumentos usados para cortar, limar y embellecer las uñas deben ser desinfectados durante 30 minutos con agua hirviendo y jabón, luego desinfectados otros 30 minutos, enjuagados con abundante agua y secados con un paño limpio antes de guardarlos en un recipiente cerrado hasta que se utilicen para el siguiente cliente.

El problema reside en que no siempre podemos saber qué es lo que ocurre con este material antes de que sea nuestro turno. Si bien hay inspectores que se encargan de ello, éstos no están las 24 horas (o durante el tiempo que permanece abierto el salón) para confirmar que se lleven a cabo todos los pasos de limpieza y desinfección.

Al menos deberían limpiarse con un desinfectante básico, un líquido de color azul que es eficaz pasado cierto tiempo de acción. Pero el problema de ello es que no todas las manicuras o pedicuras cambian este líquido a menudo, no dejan los materiales por lo menos 10 minutos y no se limpian las manos con él.

Si has ido a alguna sesión para belleza de manos y pies, seguro sabrás que no se necesita demasiado para lastimar la piel alrededor de las uñas, sobre todo en las cutículas, que no se deben quitar ya que son una barrera para evitar que ingresen virus y bacterias.

Por otra parte, cuando tenemos las uñas encarnadas, es más probable que sangren, por lo tanto, aumenta la posibilidad de contagio de diferentes enfermedades, entre ellas el VIH.

El uso de la lima de uñas también puede ser nocivo para la salud y transmisor de enfermedades. Si la lima daña la película que une la uña con el dedo, quizás no sangre, pero si dañará las barreras de protección, lo que facilitará el ingreso de agentes infecciosos, sobre todo si se usan después instrumentos que no están limpios.

Por otra parte, la manicura utiliza tijeras pequeñas para eliminar las cutículas y los restos de piel en los laterales de las uñas. Siempre saldrá sangre aunque no se vea, la cual queda en la herramienta. Si ésta no se lava o desinfecta, se pasará a la siguiente cliente.

Riesgo de transmisión de enfermedades en diferentes ámbitos
No sólo puede causar HIV, sino también otras enfermedades tales como hepatitis C. Cualquier elemento afilado que se use en un lugar y no sea desinfectado correctamente conlleva un riesgo. Según un estudio de la Universidad de Illinois, en Chicago, las mujeres tienen más posibilidades de contagiarse de HIV que los hombres debido al uso compartido de pinzas de depilar, máquinas de rasurar, tijeras, limas de uñas, cortaúñas, etc.

Ambos sexos corren riesgo por causa de hacerse tatuajes o piercings en sitios no del todo inspeccionados, así como también acupuntura. En cualquier sitio donde haya sangre o fluidos corporales la limpieza debe ser aún mayor.

Sin embargo, los estudios afirman que el riesgo es casi insignificante y es muy difícil que nos contagiemos de HIV por ir al salón de belleza. No quiere decir que no ocurre, pero que es más una excepción que una regla. Aún así, es necesario tomar ciertas precauciones cuando vayamos al salón de belleza, por ejemplo.
En primer lugar, observar cómo limpian o desinfectan el instrumental usado. Podemos solicitar que nos enseñen el sitio reservado para ello. No deberían negarse si tienen todo en regla. De lo contrario, será para sospechar.

Aunque quieran “tapar” el aroma del desinfectante con esencias, sahumerios o velas, te darás cuenta al quitar los elementos del recipiente si es que huelen o no a limpio.
Puedes observar también si quien te atiende lleva guantes de látex, de qué sitio toma las navajas para quitar callos y qué hace con las herramientas después de usarlas. Si no tienes la certeza de los procedimientos para desinfectar en el salón de belleza puedes optar por ir a otro lugar, o bien, llevar tu propio kit de manicura, que sólo utilizarás tú.