Peligros de aplicar mal una inyección

Antes que nada, toma nota de las instrucciones que prescribió el médico, así como las del medicamento. Posteriormente, ten en cuenta que necesitarás alcohol etílico al 70%, algodón (seco o impregnado con alcohol), guantes y jeringas.
Para empezar, tendrás que conocer las partes de una jeringa:
Aguja: las agujas para inyectar son diferentes para cada tipo de inyección y medicamento, así como para adultos y niños.
Cuerpo: contiene el medicamento y tiene marcas en centímetro cúbicos o mililitros.
Émbolo: se utiliza para para introducir y sacar el medicamento de la jeringa.
Hay dos tipos comunes de inyecciones que pueden aplicarse en casa:
Inyecciones intramusculares: se inyecta una sustancia en el músculo para obtener una acción rápida o porque no existen para administrarse por vía oral. Su uso es común para administrar vacunas, hormonas y antibióticos.
Inyecciones subcutáneas: se inyecta una sustancia en el tejido adiposo que se encuentra debajo de la piel para una acción lenta. Se utilizan para aplicar inyecciones de insulina en pacientes diabéticos y de heparina para prevenir la formación de coágulos en sangre.
Asimismo, existen las inyecciones intradérmicas que se aplican dentro de la dermis y se utilizan en pruebas de piel para alergias. Por su parte, las inyecciones intravenosas que se aplican dentro de un vaso venoso. Es común que estas se administren por profesionales de la salud, pues son los expertos en detectar dichos vasos venosos (las emplean, por ejemplo, para extraer muestras de sangre).
¿Cómo aplicar una inyección?
Antes de aplicar una inyección, conoce qué tipo de medicamento vas a administrar, si no lo sabes consúltalo con tu médico. Asegúrate de que la jeringa y aguja estén esterilizadas, sean nuevas e indicadas para el tipo de inyección. Una vez que lo hayas hecho sigue los siguientes pasos para aplicar una inyección:
Lávate las manos adecuadamente con agua tibia y jabón, esto ayudará a prevenir infecciones. También puedes ponerte guantes estériles.
Coloca el medicamento en la jeringa. Algunos medicamentos vienen listos para usar, mientras que otros necesitan que llenes la jeringa con el fármaco de una ampolleta. En este caso, carga en la jeringa el disolvente para introducirlo en el recipiente que contiene el fármaco para después mezclar. Posteriormente, inclina la ampolleta mientras vas aspirando el medicamento. Una vez cargado, sostén la jeringa hacia arriba y golpéala con un dedo para que asciendan las burbujas. Tira del émbolo para después empujarlo y expulsar el aire que quedó dentro. Por último, cambia la aguja con la que inyectarás. En el caso de medicamentos con frascos, esteriliza la punta de la ampolleta con alcohol y lee las instrucciones para conocer la cantidad de fluido necesario. Jala el émbolo para llenar la jeringa con la misma cantidad de aire que del fluido que se usará. Sosteniendo la ampolleta volteada, inserta la aguja en esta y empuja el émbolo para inyectar todo el aire de la jeringa en la ampolleta. Posteriormente, jala el émbolo para sacar el fluido.
Determina el lugar de la inyección con base en las instrucciones de tu médico, deberá ser un área carnosa. Limpia la piel de la zona con alcohol y deja que se seque bien antes de aplicar la inyección.
Introduce la aguja rápida, pero cuidadosamente en un ángulo de 90° para inyecciones intramusculares. Hacerlo rápidamente (sin preámbulos o cuentas atrás) antes de que el paciente tenga tiempo para tensar los músculos de la zona te garantizará que sea más fácil. Para inyecciones subcutáneas deberás agarrar aproximadamente 2.5 cm de piel entre tus dedos pulgar e índice para inyectar en la grasa subcutánea en un ángulo de 90 o 45°.
Jala el émbolo un poco para determinar si hay sangre en la jeringa. Si se presenta retira suavemente la aguja y busca un lugar diferente para poner la inyección. De no ser así, continúa con la aplicación.
Inyecta el medicamento con cuidado al empujar el émbolo hasta que todo el fluido haya sido liberado.
Retira la aguja. Para inyecciones intramusculares retira la aguja en el mismo ángulo en que fue inyectada y cubre el sitio con un algodón. Para subcutáneas empuja la piel sobre el punto de inyección y retira la aguja en el mismo ángulo en que la introdujiste. Consecuencias de una inyección mal aplicada
No tomes con ligereza este proceso, los errores al poner una inyección pueden acarrear consecuencias serias para la salud del inyectado.