Sobreviviendo al cáncer de mama

El cáncer de mama ha aumentado dramáticamente en México, al grado de ser actualmente la principal neoplasia (formación anormal de tejido nuevo de carácter tumoral) que presenta la población mexicana de 20 años y más, afección que a nivel mundial cobra la vida de 458 mil personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque estas cifras reflejan la gravedad del problema y el reto que implica para los especialistas en salud, no muestran uno de los aspectos más importantes que acompañan a la enfermedad: cómo se siente la mujer después del diagnóstico, qué cambios se generan en su vida y de qué manera se transforman su actitud ante el futuro y la relación con sus seres queridos.
El principal problema que enfrenta una mujer recién intervenida por cáncer de mama es la sensación de angustia, depresión y, sobre todo, el miedo de volver a tener la enfermedad después de someterse a tratamiento, según establece Grupo de Recuperación Total, A.C. (Reto), formado hace 33 años por mujeres que han sido sometidas a cirugía debido a esta afección y que, entre otras funciones, brinda apoyo a quienes han sido diagnosticadas recientemente o están en tratamiento.
La mujer que se somete a procedimiento quirúrgico para eliminar una tumoración en el seno, refiere la citada asociación, piensa en un principio: «ya me salvé, ya pasé por esta», pero cuando se le informa que puede regresar el cáncer (hay recurrencia), surge un choque emocional, sufrimiento y preocupación. Es ahí donde interviene Grupo Reto, a sabiendas de que la paciente requiere gran apoyo para superar la situación.
Cáncer de mama: enfermedad compleja El cáncer de seno es padecimiento que se debe al crecimiento anormal de células y, aunque varía en cada caso, puede clasificarse de acuerdo al lugar en que se origina: ductal (se presenta en los conductos por los que viaja la leche en caso de amamantamiento) y lobulillar (se genera en los lóbulos donde se produce el alimento del lactante).
Asimismo, la distribución del tejido canceroso da motivo a una segunda denominación: cuando se concentra en un solo lugar se dice que el tumor es in situ o no invasor, en tanto que cuando se extiende a regiones cercanas es infiltrante o invasor, de modo que podemos encontrar carcinomas (tumores) ductales o lobulillares de tipo invasor y no invasor.
Un tumor maligno suele extenderse al tejido circundante, y aunque lo hace lentamente, la falta de diagnóstico y tratamiento permiten que con el paso del tiempo se desprendan algunas células cancerosas y viajen por el torrente sanguíneo y vasos linfáticos (conductos por los que son transportadas sustancias y células de defensa contra enfermedades) hasta alojarse en axilas, huesos, hígado y pulmones, dando lugar a nuevos tejidos anormales.
Dependiendo del momento en que se lleve a cabo el diagnóstico de cáncer de mama y la intervención médica se puede recurrir a los siguientes tratamientos:
Tumorectomía o lumpectomía. Extracción quirúrgica de la masa tumoral, respetando al máximo la glándula mamaria.
Mastectomía simple. Extirpación de todo el seno y ganglios (lugar donde se producen células de defensa, conectados a los vasos linfáticos) de la axila.
Mastectomía radical. Se sigue el mismo procedimiento que en la cirugía anterior, pero se amplía a los ganglios del brazo.
Ante el impacto emocional del cáncer derivado del cambio de imagen en un seno o la falta de éste, se han creado prótesis de seno (también llamadas formas del seno) con amplia variedad de tamaños y colores, lo que permite ajustarlas a los requerimientos de cada paciente de acuerdo a la cantidad de tejido removido. Por ejemplo, algunas prótesis de seno se fabrican con materiales que simulan la textura y peso de la mama (silicona), lo que ayuda a prevenir problemas de mala postura y balance, mientras otras más ligeras están elaboradas de hule espuma o fibras, por ello son ideales para usarse durante la práctica de ejercicio, al nadar o cuando hace calor. Otro tipo es el modelador o caparazón, que es pequeño, ligero y útil cuando el tejido retirado es mínimo, y brindan apariencia más llena y redondeada del seno.
Las piezas pueden ser autoadheribles, gracias a que cuentan con bandas que se sujetan a la piel de la pared torácica o bien, se fijan con ayuda de brassier especial; otras se sostienen mediante una camisola (prenda suave que se estira y cuenta con tiras de encaje elástico) y suelen emplearse durante los días posteriores a la intervención quirúrgica.