Intestino irritable; un motivo de incapacidad laboral

Es muy probable que alguna vez, poco tiempo después de desayunar o comer, haya tenido que desabrochar su pantalón o falda ante la presencia de gran inflamación abdominal, la cual se acompaña frecuentemente de dolor y estreñimiento o, en otros casos, diarrea.
Si esta clase de signos son frecuentes en su vida tal vez esté en la antesala del llamado síndrome de intestino irritable (SII), trastorno que se cree puede afectar hasta a 23% de la población mundial y es probablemente la alteración más frecuente de los trastornos del aparato digestivo.
La persona que cursa este padecimiento presenta alteraciones en alguna o varias partes del tracto gastrointestinal, es decir, estómago, intestino delgado y grueso, lo cual determina que haya desequilibrio en el número y consistencia de las evacuaciones. Los síntomas característicos son, vale reiterarlo, dolor abdominal, sensación de distensión (inflamación) y estreñimiento o diarrea.
Causas ocultas
En entrevista para saludymedicinas.com.mx, el doctor Juan Manuel Blancas Valencia, jefe de endoscopia del Centro Médico Nacional Siglo XXI, comenta que «aunque se sabe que el SII es una enfermedad determinada por diversos factores, no se conocen los mecanismos que desencadenan este padecimiento, por eso el tratamiento es difícil.
Es evidente que la gente con muchos problemas emocionales, tensión en su trabajo y alguna alteración psicológica tiene más tendencia a padecer esta enfermedad, pero lo mismo ocurre con quien sigue una dieta en la que abundan las grasas, irritantes y condimentos, así como baja ingesta de fibra, es decir, personas que habitualmente consumen poca agua y no comen frutas, verduras y cereales».
El especialista en gastroenterología por la Universidad Nacional Autónoma de México afirma que siempre existe un mecanismo desencadenante, por ejemplo «una diarrea por comer en lugares insalubres, o un cuadro infeccioso mal atendido, es decir, que no haya tenido un tratamiento adecuado o que éste no se haya cumplido, pues es común que la gente lo suspenda en cuanto se siente mejor».
Para entender mejor lo que sucede es interesante saber que en el intestino intervienen vías nerviosas y hormonales que regulan su movimiento y grado de sensibilidad. Este tipo de señales son enviadas al cerebro en donde se traducen en forma de sensaciones y se hacen conscientes. Por ello, estrés, ansiedad y depresión, que se identifican como factores a nivel cerebral, pueden actuar también en el intestino y provocar variaciones en el grado de sensibilidad, lo cual se puede percibir como dolor y, en otros casos, promover alteraciones en la movilidad de los intestinos y con ello generar diarrea o estreñimiento.
El SII es considerado un padecimiento característico de la edad adulta, (afecta entre 16% y 21% de la población), principalmente a féminas entre 20 y 40 años.
De hecho, se cree que hay una relación de 2.5 mujeres por cada hombre enfermo; sin embargo, la frecuencia del padecimiento disminuye ligeramente entre la población de edad avanzada, y se sabe que las personas caucásicas (de raza blanca) sufren la enfermedad cinco veces más que las de raza negra.