Neofobia alimentaria o negación a probar nuevos alimentos

Niños con caras largas, papás desesperados o enojados, llantos amenazas (como «¡si no comes, no hay tablet!») y platillos intactos… Si esta escena te resulta familiar, puede que tus hijos tengan neofobia alimentaria. Este trastorno se refiere al miedo a probar nuevos alimentos, usualmente se presenta en pequeños de 2 a 6 años, aunque también en adolescentes. No se trata de un simple rechazo a un alimento, lo cual puede ser común, sino de una aversión a éste y a otros más. Se cree que en el pasado esta conducta nos protegía contra el envenenamiento; pero hoy provoca dolores de cabeza a los padres ya que es una de las causas de falta de apetito y, por tanto, de alimentación deficiente en niños. La neofobia alimentaria podría estar detrás de los niños que no les gustan las verduras, y se asocia con baja ingesta de verduras, frutas y alimentos ricos en proteínas. Asimismo, se relaciona con un mayor consumo de grasas saturadas en alimentos como la comida chatarra, por ende, obesidad infantil.
¿Cómo hacer que mi hijo coma de todo?
Tratar de convencer a niños melindrosos para que coman es una de las tareas más complicadas de los padres. Asimismo, una alimentación saludable para niños requiere de dieta variada. Por ello, te compartimos tips para que los niños coman lo que les ofreces:
Déjalos tomarse su tiempo. Si tienes niños que no quieren comer nada, permite que exploren los alimentos con todos sus sentidos antes de pedirles que los prueben. La interacción es una forma de preparación para degustar y comer. Un alimento a la vez. Trata de no abrumarlos, 1 ó 2 tipos similares de alimentos a la vez es lo mejor. Asimismo, los niños son más propensos a probar comidas nuevas cuando son introducidas una a la vez junto con los alimentos que ya les gustan. No los obligues a comer o probar un alimento. Presionarlos sólo les causará ansiedad infantil, ya que puede asociar el nuevo alimento con sentimientos negativos. Esto reduce las posibilidades de que acepten platillos nuevos la próxima ocasión que se los ofrezcas. Encuentra los sabores indicados. Ten en cuenta que algunos alimentos que les gustan a los niños suelen tener sabores dulces y salados, por lo que son más fáciles de aceptar que aquellos amargos u agrios.
Prueba con juegos a la hora de la comida. Esto hace que los alimentos nuevos se vuelvan más familiares. Puedes empezar por preguntarle a tus hij@s si el nombre del platillo coincide con su aspecto, a continuación, reconózcanlo por el tacto y, finalmente, por el sabor. Prueba los alimentos tú mism@. Si tú comes los alimentos nuevos, es más probable que tus pequeñ@s lo hagan también ya que les parecerá familiar. Del mismo modo, déjalo que pruebe la comida de tu plato.
Recuerda que l@s niñ@s tienen sus propios gustos. Considera que el hecho de que ti te gusten ciertos alimentos no significa necesariamente que a tus hij@s les agraden. Si los alimentos rechazados por los niños no encuentran cabida, intenta con otro platillo.
Escoge el momento indicado. Procura no ofrecer nuevos alimentos cuando tú o tus hij@s estén cansados. Lo ideal sería que l@s niñ@s no estén demasiado hambrientos o llenos, en cambio, algo de hambre puede motivarles a probar un nuevo alimento.
Las salsas pueden ayudar. Al preparar comida para niños puedes cubrir el platillo con una salsa que les guste.