¿Cómo prevenir suicidios en lugares públicos?

Una característica que comparten el puente de Brooklyn, la Torre Eiffel, y los edificios más altos del mundo es que además de ser atracciones turísticas son también lugares propicios para presenciar un suicidio. Por ejemplo desde que el puente Golden Gate fue construido en San Francisco, en 1937, más de 1.600 personas han saltado de él y han muerto.

Aunque predecir este tipo de eventos es casi imposible, una investigación encontró que una seria de medidas puede reducir los suicidios en estos lugares de forma drástica, y que por ende podría salvar miles de vida.

Después de implementar intervenciones en 18 diferentes puntos de atracción en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, China y Europa, un grupo de investigadores encontraron que la instalación de barreras en puentes y andenes de vías férreas estaban asociadas con una reducción en el riesgo de suicidio del 93%, y que colocar señales con números telefónicos de ayuda en estos sitios podía reducir los suicidios en 61%. El estudio fue realizado por Jane Pirkis, profesora de la Escuela de Población y Salud Global de Melbourne en la Universidad de Melbourne, Australia, y sus colegas en Australia y Hong Kong.

De hecho una de las intervenciones más estudiadas para reducir las muertes en los puntos de atracción para los suicidas implica reducir accesos. Esta fue asociada con una disminución entre el 62% y el 99% de las muertes suicidas en 10 diferentes estudios. Uno de las investigaciones encontró que Beachy Head, uno de los acantilados marinos más altos en el Reino Unido, presenció alrededor de 16 suicidios al año en las décadas de 1980 y 1990. Pero en los meses después de que el acceso de la carretera fue bloqueado en el 2001 el número se redujo a cero.

«Estas cantidades son fenomenales», dijo el Dr. Eric D. Caine, director del Centro de Investigación sobre el Control de las Lesiones para la Prevención del Suicidio del Centro Médico de la Universidad de Rochester.

Sin embargo el experto advirtió que los controles que propone el estudio podrían tener un efecto limitado. De aproximadamente 40.000 personas que se quitan la vida cada año en Estados Unidos, la mayoría utiliza las armas (52%), el ahorcamiento (25%) o el envenenamiento (16%), y solo una pequeña cifra salta desde un lugar alto (2%) o delante de un objeto en movimiento (1%). Por ello «necesitamos tener una estrategia en la que menos personas lleguen hasta los intentos de suicidio, porque una vez que alguien está decidido a morir, es mucho más difícil intervenir», dijo

Los autores del estudio defendieron la importancia de sus resultados al argumentar que las intervenciones en puntos de atracción para suicidas «no solamente sirven para evitar los llamados eventos de imitación, sino también por el efecto que los suicidios en estos sitios tienen en las personas que trabajan en estos lugares, en las personas que viven cerca o en las personas que los frecuentan por otras razones».