Obama promete investigar ataque contra hospital en Afganistán

El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió «una investigación exhaustiva» sobre el bombardeo de un hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz, en el que murieron 19 personas y que podría ser obra de su ejército.

Obama presentó «profundas condolencias» tras el ataque en el que fallecieron 12 empleados de MSF y siete pacientes, entre ellos tres niños, pero afirmó que esperará los resultados de la investigación «antes de tener un juicio definitivo sobre las circunstancias de esta tragedia».

La OTAN, que cuenta con 13 mil soldados en Afganistán, incluidos 10 mil estadounidenses, tildó lo ocurrido de «daños colaterales» que podrían haber sido provocado por un bombardeo de la aviación estadounidense, que apuntaba a insurgentes talibanes.

El ejército afgano lanzó el pasado martes una ofensiva contra los talibanes que habían conquistado Kunduz el lunes.

El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Husein, pidió una completa y transparente investigación del ataque y dijo que, si la justicia cree que fue deliberado, el bombardeo podría ser considerado como «crimen de guerra».

MSF también mostró su cólera ante el suceso y exigió que se esclarecieran rápidamente las circunstancias del ataque. Su presidenta, Meinie Nicolai, se negó a que la expresión «daños colaterales» se utilice para referirse a esa «tragedia».

Según un responsable estadounidense, la investigación estudiará el papel de un avión AC-130, un aparato derivado del avión de transporte C-130, equipado con varios cañones para realizar operaciones de apoyo a las fuerzas terrestres.

Bombardeado durante 45 minutos

El director de operaciones de MSF, Bart Janssens, afirmó que los bombardeos continuaron «durante más de 45 minutos» después de que la ONG indicara a los ejércitos afgano y estadounidense que su establecimiento había sido alcanzado por los primeros proyectiles.

MSF aseguró que había transmitido las coordenadas GPS de su hospital a «todas las partes» implicadas en el conflicto. «Los impactos estaban muy localizados, todos en el mismo edificio. El avión se fue y volvió para provocar una nueva serie de impactos, exactamente en el mismo edificio», explicó Janssens.
En el momento del bombardeo, 105 pacientes y 80 miembros del personal, afganos y extranjeros, estaban en el hospital.

La operación apuntaba seguramente a «terroristas armas que atacaron el hospital de MSF y lo utilizaron como base para atacar a las fuerzas afganas y a los civiles», declaró el ministerio afgano de Defensa.
«Los pacientes que no pudieron huir murieron carbonizados en sus camas», contó Heman Nagarathnam, responsable de los programas de la ONG para el norte de Afganistán, en un comunicado.

El hospital de MSF en Kunduz había sido clave para atender a los civiles afectados por los combates, y era el único establecimiento de esa región del norte de Afganistán capaz de tratar a los heridos graves.
Según Kate Stegeman, portavoz de la ONG en Afganistán, «ya no está en condiciones de funcionar» tras el ataque.