La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció hoy en la sede de la ONU el compromiso de su país de recortar en 37 por ciento las emisiones de gases contaminantes para el año 2025, tomando como base 2005. En su discurso en la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible, Rousseff informó que las emisiones contaminantes podrían ser reducidas incluso en 43 por ciento para el año 2030, respecto de sus niveles de 2005. El plan de Brasil, presentado como parte de sus compromisos rumbo a la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU, programada para diciembre en París (COP-21), asentó además que de 2005 a 2012 el país ha sido el que más reducciones de contaminantes ha reportado, de 41 por ciento. «Brasil está así contribuyendo de manera decisiva a los esfuerzos globales para implementar las recomendaciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que ha establecido un límite de no más de dos grados centígrados de calentamiento global en este siglo», dijo Rousseff. La presidenta brasileña resaltó que Brasil es uno de los pocos países en desarrollo en comprometerse a una meta absoluta de reducción de emisiones, pese a tener una de las mayores poblaciones y economías en el mundo. «Nuestras metas son tan ambiciosas, si no es que más, que aquellas fijadas por los países desarrollados», afirmó Rousseff. Entre las medidas anunciadas, sobresalieron además la eliminación total de la deforestación ilegal, y la restauración y reforestación de 12 millones de hectáreas. En el frente energético, Rousseff reveló que el país se fijó la meta de emplear 45 por ciento de energía renovable en su mezcla total de energía para 2030; así como una proporción de 66 por ciento de energía hidroeléctrica y 23 por ciento de fuentes renovables, como viento, energía solar y biomasas. «Las necesarias medidas de adaptación emprendidas para alcanzar los retos del cambio climático son acompañadas por cambios significativos en el uso de la tierra y los bosques, así como en la agricultura, la energía, y los consumos de producción y consumo», aseveró Rousseff. En reacción al compromiso de Brasil, la directora del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en Brasil, Rachel Biderman, opinó que este país está jugando un papel productivo en el esfuerzo por combatir el cambio climático. Subrayó además las inversiones brasileñas en energía renovables. «El plan climático de Brasil marca la primera vez que un país en desarrollo grande se ha comprometido a una reducción absoluta de emisiones. Este es un cambio importante porque ofrece mayor certeza de que las emisiones serán reducidas, incluso si la economía de Brasil se expande», precisó Biderman. La experta lamentó sin embargo que el plan de restaurar 12 millones de hectáreas de bosque es más débil de lo alcanzado hasta ahora y que eliminar hasta cero la deforestación ilegal representa incluso «un paso atrás» respecto de compromisos previos.
