El papa Francisco pidió este miércoles a los obispos estadunidenses que trabajen para que los casos de abuso sexual de niños que sacudieron a la Iglesia Católica no se repitan nuevamente.
Sé cuánto les ha hecho sufrir la herida de los últimos años, y he seguido de cerca su generoso esfuerzo por curar a las víctimas, consciente de que, cuando curamos, también somos curados, y por seguir trabajando para que esos crímenes no se repitan nunca más», dijo el pontífice argentino, sin citar explícitamente casos de abusos sexuales a menores, en su discurso en la Catedral de San Mateo.
Soy consciente del valor con el que han afrontado momentos oscuros de su recorrido eclesiástico sin temer autocríticas ni ahorrarse humillaciones y sacrificios», añadió.
También les advirtió de que deben comportarse con valor y no dejarse «paralizar por el miedo» a pesar de reconocer que los miembros de la jerarquía de la Iglesia en Estados Unidos se encuentran a menudo en un territorio «hostil».
No he venido a juzgarlos o a impartirles lecciones”, afirmó el pontífice.
Francisco, que durante su pontificado ha pedido públicamente perdón por los abusos sexuales cometidos por miembros del clero y ha endurecido las normas para castigar esos crímenes dentro de la Iglesia, hizo por otro lado varias recomendaciones generales a los obispos.
Vítores, aplausos y gritos de alegría de centenares de personas acompañaron hoy al papa Francisco a su llegada a la Catedral de San Mateo Apóstol de Washington, donde se reunió con los obispos estadunidenses.
El Papa urge a honrar deuda con el medio ambiente
El Papa Francisco instó a honrar los «compromisos incumplidos» con el medio ambiente y hacer cambios drásticos que aseguren el desarrollo sostenible, porque el problema del cambio climático no puede ser dejado a las futuras generaciones.
En su primer discurso en Estados Unidos, pronunciado en los jardines del South Lawn de la Casa Blanca, el líder católico calificó de «prometedora» la iniciativa del presidente Barack Obama para la reducción de la contaminación del aire.
Durante la ceremonia oficial de bienvenida a este país, en la cual participaron más de 11 mil personas, también defendió la libertad religiosa de los católicos y habló sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
«La historia nos ha puesto en un momento crucial para el cuidado de nuestra casa común. Estamos aún a tiempo de afrontar cambios que aseguren un desarrollo sostenible e integral, porque sabemos que las cosas pueden cambiar», planteó el pontífice hablando en inglés.
Advirtió que esos cambios exigen de parte de todos un reconocimiento «serio y responsable» del tipo de mundo que podría ser dejado no sólo a los propios hijos, sino también a millones de personas «sometidas a un sistema que las ha descuidado».
El Papa aseguró que la «casa común», es decir el planeta, es parte de ese «grupo de excluidos que grita al cielo» y que ahora «golpea con fuerza» las puertas de las casas, las ciudades y la sociedad entera.
Al parafrasear unas «sabias palabras» del líder afroamericano y reverendo Martin Luther King, sostuvo que se puede decir que, ante el medio ambiente: «hemos incumplido algunos compromisos, pero ahora llegó el momento de honrarlos».
Sin mencionar en específico a Cuba, el Papa destacó los «esfuerzos cumplidos recientemente» para reconciliar relaciones que habían sido rotas y para la apertura de nuevas vías de cooperación al interior de la familia humana.
Francisco estableció que esas iniciativas representan «positivos pasos adelante» en el camino de la reconciliación, de la justicia y de la libertad.
Poco antes de las 09:00 horas local (13:00 GMT), el Papa abandonó en un vehículo cerrado la sede de la nunciatura apostólica en esta ciudad y 15 minutos después fue recibido en el pórtico de la Casa Blanca por el presidente Obama y su esposa Michelle.
Una vez en el jardín tuvieron lugar los honores militares y se ejecutaron los himnos tanto de Estados Unidos como del Vaticano. Primero tomó la palabra el mandatario y luego el pontífice.
«Como hijo de una familia de inmigrantes estoy complacido de ser huésped en esta nación, que en gran parte fue edificada por familias similares», indicó el Papa.
«Me apresto con alegría a estos días de encuentro y de diálogo, en los cuales espero escuchar y compartir muchos de los sueños y esperanzas del pueblo americano», dijo.
Francisco anticipó que ante el Congreso hablará «como hermano de este país» y animará a quienes están llamados a guiar el futuro político de la nación a la fidelidad a sus principios fundadores.
Subrayó que, como todos los ciudadanos, los católicos estadounidenses están empeñados en construir una sociedad que sea «verdaderamente tolerante e inclusiva», en defender los derechos de los individuos y de la comunidad y en rechazar cualquier forma de injusta discriminación.
Con muchas otras personas de buena voluntad, insistió, ellos esperan que los esfuerzos para construir una sociedad justa y sabiamente ordenada «respeten sus preocupaciones más profundas y sus derechos inherentes a la libertad religiosa».
Según el Papa, esa libertad es una de las «conquistas más preciosas» de Estados Unidos, que todos están llamados a vigilar, para preservarla y defenderla de cualquier cosa que la pueda poner en peligro o comprometer.
«Deseo que todos los hombres y las mujeres de buena voluntad de esta gran y próspera nación sostengan los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a los más débiles de nuestro mundo y promover modelos integrales e inclusivos de desarrollo, para que nuestros hermanos y hermanas, donde sea, puedan conocer las bendiciones de la paz y la prosperidad que Dios desea para sus hijos», apuntó.
Al término de la ceremonia, el presidente y el Papa tienen previsto entrar en el pórtico sur de la Casa Blanca, subir a un ascensor y, desde el primer piso, asomarse brevemente a un balcón.
En la Sala Azul tendrá lugar la presentación de las delegaciones oficiales, Francisco firmará el Libro de Oro y con Obama pasarán al Estudio Oval para el coloquio privado.
