Lo que hay que saber sobre los laxantes

Las causas de este problema son múltiples, pero entre las más frecuentes se encuentran:
Dieta baja en fibra, frutas y vegetales.
Beber escasa cantidad de líquidos.
Falta de ejercicio físico.
No evacuar cuando el organismo «lo pide», pues esto va debilitando el funcionamiento normal del intestino.
Administración de algunos medicamentos, como antiinflamatorios (disminuyen la inflamación), analgésicos (controlan el dolor), antihipertensivos (reducen la presión arterial alta) y ciertos antidepresivos (indicados en caso de depresión).
Cambio de hábitos y horarios, por ejemplo, cuando se viaja a otra región o país.
Padecer enfermedades del sistema digestivo, como colitis o cáncer de colon y rectal.
Ingerir laxantes en exceso.
Estrés.
Hay situaciones en las que el estreñimiento se presenta con mayor frecuencia, tal es el caso del embarazo y edad avanzada.
Es común que los niños recién nacidos sufran estreñimiento, debido a la inmadurez de los nervios que transmiten los impulsos que originan los movimientos intestinales. Para corregir esta alteración se acostumbra incrementar el consumo de líquidos (1 onza durante el primer mes y 2 hasta el tercero). Para niños mayores, es decir, entre los 4 y 8 meses de vida es recomendable suministrarles papillas de frutas, verduras y cereales, así como infusiones de rosa de castilla y ciruela pasa. En caso necesario, siempre bajo el consejo médico, se puede hacer uso de estimulantes de la motilidad (movilidad del intestino) como la cisaprida o metoclopramida. Si el problema persiste, se podrán utilizar supositorios de glicerina, los cuales ayudarán a estimular y facilitar la evacuación de las heces, o laxantes suaves como lo es la lactulosa, que promueve la hidratación y los movimientos intestinales.
El síndrome de colon irritable es un trastorno de la movilidad del tubo digestivo que causa dolor abdominal, estreñimiento o diarrea y distensión abdominal después de comer. Para aliviar los síntomas se debe modificar la dieta para que sea rica en fibra, así como practicar ejercicio y, en general, disminuir el estrés.
En general, para solucionar el estreñimiento es preciso incluir en la dieta alimentos con alto contenido de fibra (por ejemplo, cereales integrales, frutas y vegetales con cáscara) y beber mínimo 2 litros de agua al día, lo cual puede apoyarse con la administración de laxantes, productos que aumentan los movimientos intestinales para que pueda expulsarse adecuadamente la materia fecal.
Cabe destacar que la industria farmacéutica incluye diferentes tipos de laxantes, entre los que se encuentran los siguientes:
Emolientes. Permiten la disolución de residuos grasos con el agua intestinal, lo que ablanda las heces para que se eliminen con facilidad.
Estimulantes. Actúan causando ligera irritación en el intestino grueso haciendo que éste reaccione y se mueva para expulsar el contenido fecal. Deben usarse con precaución en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, asimismo, no se recomiendan si hay dolor abdominal, náusea o vómito ni por periodos prolongados debido a que generan tolerancia (el organismo se acostumbra a su efecto, por lo que cada vez se requieren dosis mayores).
Formadores de volumen de masa. Se trata de compuestos que incluyen en su fórmula fibras no digeribles, lo que les da la propiedad de incrementar el contenido intestinal para estimular su eliminación. No tienen contraindicaciones (salvo si la persona es alérgica al producto), pero tardan varios días en hacer efecto.
Lubricantes. Producen espeso recubrimiento graso que cubre las heces impidiendo la pérdida de agua en las mismas y haciendo más fácil su eliminación. Al igual que con los laxantes estimulantes no deben administrarse por periodos prolongados y deben ser usados con precaución en mujeres embarazadas o lactando.
Osmóticos. Generan la salida de líquidos hacia el intestino, por lo que aumenta el volumen del contenido intestinal facilitando la eliminación de las heces.
Salinos. Son utilizados principalmente cuando se van a realizar estudios en el sistema digestivo, pero no deben usarse si se padece alguna alteración en los riñones y es preciso administrarlos con precaución durante el embarazo o lactancia.
Aunque los laxantes han demostrado ser eficaces en los casos de estreñimiento, no hay que abusar de ellos, ya que pueden ocasionar que el organismo se acostumbre a su acción y llegue un momento en que ya no hagan afecto. Por ello, no hay que olvidar que es de gran ayuda incluir en la dieta alimentos como cereales (salvado de trigo, panes integrales), semillas (lentejas, maíz, almendras, avellanas, cacahuates y pistaches), frutas (naranja, mandarina, durazno, ciruela, papaya, melón, uva, manzana, fresa y pera), vegetales (apio, alcachofa, coliflor, espinaca y lechuga) y frutos secos.