Casi 5 mil necropsias al año practica el Incifo: Edgar Azar

Distrito Federal (TSJDF) realiza en promedio 4 mil 780 necropsias al año para determinar las causas de muerte de las personas.

De acuerdo con estadísticas del Incifo –antes llamado Servicio Médico Forense–, al día se reciben en promedio 13 cadáveres, por lo que las circunstancias de la muerte de esas personas deben esclarecerse.

“Estamos hablando de un Instituto totalmente capacitado; un instituto que con el paso del tiempo ha tenido sus transformaciones, siempre con el objetivo de mostrar mayor profesionalización.

“Este instituto es el que hace de la muerte una fuente de investigación”, refirió el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), Edgar Elías Azar.

El Incifo pertenece a esta instancia de justicia.

De acuerdo con el magistrado, entre los principales tipos de muerte está la que se refiere al fallecimiento por causas naturales o por algún hecho de tránsito y el homicidio. Aunque los puntos porcentuales por estas circunstancias suelen variar cada año.

Las cifras también señalan que de 2008 a 2013 se tuvo un incremento de seis por ciento en el número de cadáveres que ingresaron a esta área del TSJDF.

Mientras en 2008 se recibieron 4 mil 582 cuerpos, en 2013 se registró el ingreso de 4 mil 837 cuerpos.

En cuanto al sexo de los fallecidos, del total de los cuerpos sin vida que se reciben cada año, en promedio dos de cada 10 corresponden a cadáveres de mujeres.

El Tribunal Superior registró que 28 por ciento de los cadáveres que ingresan al Incifo tienen entre 26 y 40 años de edad, mientras que 27 por ciento oscila entre 41 y 60 años de edad.

“De las personas que ingresan al Incifo, al menos la mitad perdieron la vida en una edad productiva; mientras que el menor número son aquellos que tenían entre los cero meses de edad y 18 años”, refirió el presidente magistrado del TSJDF.

Hay un aproximado de 30 por ciento de los cadáveres que ingresan al Incifo en vida no tenían una escolaridad o sólo estudios de primaria; 25 por ciento contaba con estudios de secundaria; 15 por ciento tenía estudios de bachillerato y sólo 8 por ciento contaba con estudios profesionales o de posgrado.

Recientemente el Incifo y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) firmaron un convenio con el fin de fomentar las acciones de enseñanza, capacitación, investigación y asistencia técnica entre ambas instituciones.

El presidente del TSJDF señaló que el trabajo conjunto permitirá que el personal médico del IMSS y del Incifo mejore sus técnicas quirúrgicas.

“Los residentes médicos estarán en condiciones de hacer entrenamientos necesarios que les permitan conocer nuevas y más modernas formas de tratamiento quirúrgico; podrán investigar sobre patologías poco conocidas, indagar sobre cuestiones de salud que afecten a toda la ciudadanía y mejorar sus conocimientos en disciplinas criminalísticas”, expuso Elías Azar.

Actualmente en el Incifo trabajan 209 personas, de las cuales 110 son peritos de diversas especialidades como entomología, genética, química, medicina, odontología, patología y antropología, entre otros, como lo dio a conocerExcélsior el pasado 20 de julio en un reportaje.

TRAS LAS EVIDENCIAS DE LA MUERTE

Hasta hace tres años el Incifo se llamaba Servicio Médico Forense. Desde hace cinco años cuenta con un edificio nuevo ubicado en la esquina de Niños Héroes y Doctor Liceaga, colonia Doctores.

Cuenta con un laboratorio de química, donde se realizan análisis de muestras de cadáveres para determinar si estaban intoxicados con alguna sustancia al momento de morir.

El laboratorio de patología es un auxiliar del perito médico forense cuando los aspectos macroscópicos de la necropsia no son claros y requieren de un análisis microscópico.

El laboratorio de Identificación comprende áreas que buscan determinar la identidad de un cadáver.

El laboratorio de genética realiza trabajos con cadáveres como con personas vivas.

El laboratorio de entomología forense combina el estudio de los artrópodos con los de la medicina legal, para intentar esclarecer algunas de las incógnitas que rodean a los cadáveres cuando de primera instancia no se determina la causa.