Una mano artificial le avisa al cerebro lo que está tocando

Las investigaciones sobre las prótesis para manos han avanzado mucho, pero la mayor parte se ha centrado en mejorar la forma en la que el cuerpo controla el dispositivo.

Ahora podría ser una realidad que las prótesis de manos envíen señales al cuerpo y le «digan» qué es lo que la mano biónica está tocando, según un nuevo estudio.

Recientemente, científicos de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados en Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés), la división científica de las fuerzas armadas estadounidenses, implantó en una mujer con parálisis un conjunto de electrodos pequeños en la región del cerebro que controla el movimiento.

Los electrodos transmitieron la actividad eléctrica de la corteza motora del cerebro a través de unos cables hacia una prótesis de brazo que ella pudo mover de diversas formas.

Luego, el equipo de investigación se preguntó: «¿podremos hacer el experimento a la inversa? ¿Podremos hacer por el tacto lo que hicimos por el aparato locomotor?», explicó Justin Sanchez, gerente del programa de la oficina de tecnologías biológicas de DARPA, en una presentación que dio esta semana en el Foro de Tecnología Futura “Wait, What?” en St. Louis, Missouri, Estados Unidos.

Para responder a esta pregunta, los investigadores trabajaron con un hombre de 28 años que vive con parálisis y al que implantaron un conjunto de electrodos tanto en su corteza motora como en su corteza sensorial, la región del cerebro que reconoce las sensaciones táctiles tales como la textura y la presión.

Los cables del conjunto de electrodos de la corteza motora controlaban la mano como ocurrió con la otra voluntaria, y los sensores de la mano también transmitían información, a través de otro conjunto de cables, a los electrodos de la corteza sensorial.
Los investigadores demostraron que este sistema de retroalimentación permitía que la mano se comunicara directamente con el cerebro. En un video que se incluyó en la presentación de Sánchez, se ve que un investigador le vendó los ojos al hombre y luego aplicó presión suave sobre las yemas de diferentes dedos de la prótesis de mano.

El voluntario pudo identificar con los ojos cerrados cuál dedo estaban tocando con «una precisión de casi el 100%», según un comunicado que DARPA emitió sobre la investigación.