Tigres gana el territorio; se quedan con el clásico regio

El Monterrey puso ánimo y futbol, hasta que Efraín Juárez perdió los estribos y cometió una dura entrada sobre Torres Nilo y todo cambió para Rayados que, al final, fue superado en el clásico regio 3-1 por los Tigres, que siguen acrecentando la figura del mejor equipo en el futbol mexicano.

Era un partido parejo hasta el cartón bermellón de Juárez, incluso Monterrey era una seria amenaza que se había traducido en un exorbitante gol de Rodrigo Funes Mori al prender la pelota de bolea.

Se fueron al descanso los equipos con diferentes sensaciones. Ricardo Ferretti, obligado por las circunstancias acaloró el vestidor de Tigres con arengas para vencer en un partido que parte la ciudad de Monterrey en dos.

Antonio Mohamed, en cambio, traía el miedo en cada lente y con un hombre menos esquemó todo para amodorrar a su equipo en la parte baja del campo.

Al salir de nuevo para la contienda, la lluvia se presentó. Un torrencial aguacero fue la escenografía de un clásico que se decantó para los Tigres en la segunda parte en una demostración de poder sustentada en la condición de tener ventaja numérica.

Sacó renta de esa particularidad y la apuesta ofensiva con Joffre Guerrón, que entró de cambio, empezó a funcionar. Con los jugadores Rayados apoltronados en su zona, los Tigres empezaron a dominar y a disfrutar el juego.

La cabalgata vino con el empate en una descolgada rápida de Jürgen Damm por la derecha para que Javier Aquino hiciera el recorrido lateral y se encontrara con la pelota en el área chica.

Mohamed, apurado por no perder, sacó a su única lanza, Dorlan Pabón, y metió a Severo Meza sin saber que con ese movimiento, le bajaba la guardia a su equipo y sentenciaba las cosas.

Llovía copiosamente. Entre el lodo y la humedad, Severo Meza despejó mal el esférico, lo recogió Damián Álvarez que sirvió retrasado paraAndré-Pierre Gignac y el francés sin pegarle de llenó la colocó perfecta para mandarla al fondo de las redes.

Con los Tigres en un día de campo y la afición frenética en las gradas por más goles, vino uno más de José Rivas que desde la central se lanzó por su gloria y si no hubo un marcador de escándalo fue por falta de tiempo.