El Papa Francisco se encontró con los cubanos en una emotiva misa en la Plaza de la Revolución, en La Habana, en la que pidió cuidar a los más frágiles, rechazar toda ideología en el servicio a los demás, y rogó por la paz de Colombia.
Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del ‘servicio que se sirve’. Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor”, asentó.
Poco después, en el Ángelus, el Papa rogó por la paz de Colombia e hizo un llamado a evitar «otro fracaso» en la reconciliación de ese país que sufre un conflicto armado de más de medio siglo.
Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del Señor Jesucristo en la Cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo», dijo el pontífice después de la misa que ofició en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Desde 2012, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC llevan adelante esas conversaciones en La Habana, en el cuarto intento que realizan por negociar la paz en los últimos 30 años.
Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación», dijo textualmente el papa argentino, que llegó el sábado en visita a La Habana y que viajará el lunes a Holguín y a Santiago, antes de viajar a Estados Unidos.
En su homilía, Francisco rindió además un homenaje a los cubanos: «un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas».
Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza», expresó Francisco.
El Papa agradeció especialmente al presidente cubano, Raúl Castro, presente en la misa celebrada en el lugar, «por todo lo que hace en este trabajo de reconciliación» de Colombia.
La referencia de Francisco a las conversaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC en la capital cubana se produjo al día siguiente de que el Vaticano reiterara que no está previsto que el papa vea en La Habana a los negociadores de la guerrilla.
Al acabar la homilía, Francisco bajó del altar y saludó con un apretón de manos a Raúl Castro, y después brevemente a la presidenta de su país de origen, la argentina Cristina Fernández, que llegó ayer sábado a la isla y que presenció la misa ataviada con un conjunto de blusón y pantalón blancos y una gran pamela del mismo color.
Tras el acto religioso, el pontífice proseguirá su agenda esta tarde, a las 16.00 hora local (20.00 GMT), cuando será recibido en el Palacio de la Revolución por Raúl Castro.
Desde allí partirá, aproximadamente una hora después, hacia la Catedral de La Habana para asistir a una plegaria de vísperas con sacerdotes, religiosos y seminaristas.
Después y como último acto del domingo participará en un encuentro con jóvenes cubanos en el Centro Cultural Padre Félix Varela.
En algún momento del día, es «posible», según dijo el sábado el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que tenga un encuentro con el líder de la revolución cubana Fidel Castro, de 89 años y retirado del poder por una enfermedad en 2006.
El papa Francisco llegó Cuba para una visita pastoral de cuatro días, como primera etapa de un viaje que continuará a partir del día 22 en Estados Unidos.
