El alcoholismo, problema hereditario

Investigaciones realizadas en diferentes países coinciden en que el peligro de desarrollar dependencia al alcohol viene de familia. “En efecto, es padecimiento que, de acuerdo con estudios genéticos, tiene su origen en factores hereditarios. Además, se ha observado que se presenta con mayor frecuencia en la población masculina”, informa la Dra. Teresita Romero Ogawa, profesora e investigadora de la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en la zona central de la República Mexicana. Al respecto, el Dr. Ernesto Lammoglia refiere en su libro Las familias alcohólicas que algunas veces el componente hereditario parece estar oculto por el hecho de que los padres o abuelos nunca consumieron alcohol. Cualesquiera que sean las razones (de origen religioso, médicas o sociales) que impidieron beber a la generación anterior, también contuvieron la posibilidad de mostrar su vulnerabilidad a la sustancia en cuestión.
Enfermedad en
ascenso
El alcoholismo se ha convertido en enfermedad que ataca a 6% de los mexicanos, y en el caso de la población mayor de 26 años, “se ha reportado que mantiene la misma tendencia que en Estados Unidos”, refiere la Dra. Romero Ogawa. En México, la falta de programas para atender la adicción a las drogas y alcohol genera que sea “muy limitado el número de pacientes que acceden a tratamiento, y cuando lo hacen ya ha pasado demasiado tiempo y se tienen pocos resultados”, refiere la Dra. María Elena Medina Mora, directora de Investigación Epidemiológica y Psicosocial del Instituto Nacional de Psiquiatría de la Secretaría de Salud (Ssa). Asimismo, la especialista destaca que, a diferencia de la dependencia a las drogas, el alcoholismo tarda tres años en promedio en ser asumido y discutido en el ámbito familiar, es decir, se sigue negando tanto por los pacientes como por sus seres queridos. Más aún, las estimaciones indican que puede requerir hasta 15 años para ser asumido como una adicción o enfermedad. Genética del alcoholismo El Dr. Ernesto Lammoglia advierte que la herencia alcohólica se percibe más como “debilidad en la fibra moral”. Sin embargo, “es un mito que los alcohólicos tienen voluntad débil o son egoístas. Esta adicción sí es de familia y se transmite genéticamente, no por la mente o el ambiente en que el individuo se desenvuelve, sino por la química del cuerpo, y como todas las cosas heredadas, se manifiesta sin distinción de raza, religión, situación económica o grupo étnico”. En un estudio realizado en 1973, el médico estadunidense Donald W. Goodwin encontró que los hijos de padres alcohólicos tenían propensión tres veces mayor a sufrir el padecimiento. Cabe destacar que la investigación se efectuó con adultos que habían sido adoptados por familias de no alcohólicos, y también se comprobó que los problemas mentales no causan la dependencia. La especialista en Genética egresada de la BUAP explica que los genes del alcoholismo tienen valor predictivo, al igual que en la diabetes, que surge con factores ambientales. Por tal motivo, se está buscando la forma de prevenirlo mediante la detección de lazos.