Rapiña y servilismo

El servilismo es la cereza del pastel para cualquier gobierno corrupto, mendaz, ignorante y errático. Pero hay niveles.
Existe un servilismo palaciego, el de los ujieres que a todo dicen sí al «señor» y otro, que se rebasa a sí mismo, en grados execrables.
?Desgraciadamente, en México se viven los dos tipos de lacayismo. La diferencia es que el primero no pasa de ser acostumbrado y anecdótico en todas las cortes de un sistema sin frenos ni contrapesos.
Pero el segundo es realmente abominable.? Manufacturado por gentuza que quiere ser «más papista que el Papa», que excede sus órdenes por el simple hecho de significarse ante el patrón cómo los más incondicionales, los más aplaudidores, para hacerse merecedores de la unción que según ellos vendrá después.
Forman una manada de búfalos ciegos, irrefrenables por los grados de impunidad que ostentan, mientras más se destaquen en los atropellos. Buscan «la banda presidencial» a como dé lugar, llevándose entre las patas la gobernabilidad y las pocas esperanzas populares.
Los acontecimientos de los últimos días suman a la depredación, a la ignominia. Suman a la ignorancia rampante y supina, el cataclismo en todos los órdenes de la vida colectiva. Ubican a esos mercachifles en el marco de lo indeseable, el del horror cotidiano.
Las instrucciones a la «Corta» de Justicia para avalar el despropósito de las legislaturas locales consistente en fijar el requisito del 3% de las firmas autentificadas y presentes físicamente del padrón electoral para postular un candidato independiente, es sumamente dañino y execrable.
Los togados ven «moros con tranchete»
Porque, independientemente de que atenta contra la reforma electoral de dar cabida a la expresión del descontento social con el mal gobierno, buscando alguna salida a la partidocracia del dedazo infame, violan el sentido de cualquier aspiración.
No que los candidatos independientes sean una solución en automático que pueda revertir las tendencias infames del control que ejercen los poderes reales en materia de ampliación del margen de maniobra. Eso ya está perdido de antemano.
Pero sí es destacable el hecho de que los togados de la alta judicatura, vean moros con tranchete, cuando todavía no los hay. Que le tengan terror al cambio, por cualquier vía, que se conviertan en genízaros del statu quo, sin mayor aumento que el miedo de los poderosos a perder el supuesto control sobre las manifestaciones de la sociedad.
Eso se llama fascismo aquí y en China, y demuestra a todas luces la franca debilidad del aparato político de no poder encauzar el descontento social, más que a través de una atarjea, de un muro de lapidaciones a lo que todavía no nace. Es un legrado político y social.
Es el miedo, como antesala favorita de los totalitarismos, el terror de los corruptos, la represión en pleno. Ponerse por encima de la ley, para atacar a la misma ley que hace poco habían aplaudido, celebrando su «clima de libertades».
Con base en esa sentencia, que pronto va a sentar jurisprudencia, una vez que se concreten los cinco mazazos jurisdiccionales que la hagan posible, quieren cerrar un capítulo de la lucha del pueblo, que estoy seguro nunca podrán detener, aunque estén en ese cochupo juntos, la maleta del dinero y la quebradiza «conciencia» de los ministros que imparten la justicia al mejor postor.
Es la verdadera razón de que el señor Peña Nieto quiera tener mayoría abrumadora en la «Corta», a través de paniaguados incompetentes y corruptos como Eduardo Medina Mora y Raúl Cervantes, el abusador de mujeres.? Darle la presidencia de ese colegiado –y por ende, del Poder Judicial– a los «comandantes» del rancho, en su calidad de capataces lamesuelos.
Acabar de entregarle el Poder de la justicia a un improvisado lambiscón que los apadrina y se desempeña como Consejero de la materia en Los Pinos. Un hombrecito menudo y descafeinado sin ningún antecedente en el foro, salvo su paso por los órganos de persecución de la PGR. Un impresentable que responde al nombre de Humberto Castillejos Cervantes, «El Primo».
Videgaray no pudo con el «Presupuesto Cero»
Otro desaguisado es el nuevo ridículo de Luis Videgaray quien acaba de reconocer que, por incompetencia, como aquí usted y yo lo pronosticamos –sin mayor destreza– no pudo presentar su dichoso y multipublicitado a precios de escándalo «Presupuesto Bajo Cero».
Era imposible, usted y yo lo dijimos, desde que empezaron a balbucear para llevarlo a cabo. Pero a cambio, promete «hacer más con menos», con su consabida receta de recortar todo el gasto social, subiendo el sueldo a sus faraones. Nada para los pobres, todo para los mandarines toluqueños.
Eso sí, los gastos demenciales del circo electoral por 15 mil millones y medio de pesos, están «garantizados» para honra y prez de la farsa y el ridículo. Nadie ha podido expresar por qué, si se trata de elecciones locales, vigiladas por los organismos locales, tenga que pagarse tanto a los efebos consentidos del hijo de Arnaldo en el INE.
Antes que presentar su execrable proyecto en las «aceitadas» Cámaras, el valido Videgaray comparece ante el alto tribunal televisivo de la eterna manipulación para hablar de un presupuesto corto, pero más «eficiente».
Pasa por encima del Congreso para defender ante el Caifás de turno en el malacate del noticiero? más visto, para soltar una verborrea indigerible, que ni él entiende, y justificar «la liberación» del precio de las gasolinas.
Lo que quiere decir en castellano puro, que otra vez seremos los ciudadanos los que engordaremos, a base de alzas mensuales en el costo del combustible –injustificable e importado a sobreprecios– la ceba de su cochinito para redondear, junto con los dos billones que tiene en algún paraíso fiscal, las cifras de una incalculable y fallida campaña presidencial para el 2018. ?¡Dios nos agarre confesados!
Es un acto desesperado del antiguo Virrey de la inquisición contra el pueblo, el que ha quemado a pira encendida hasta la última de las aspiraciones a una vida digna de ser vivida. Rema hasta contra la frágil agarradera que todavía le quede a la voluntad de Peña Nieto, el hasta hoy incombustible toluqueño.
El fantasma de la complicidad en Los Pinos
Como fracasó su «Plan B», que aquí usted y yo comentamos –recuerde: Las cinco derrotas de Videgaray–, consistente en que si no «levantaba» su popularidad –¡qué despropósito!– dejaría la Secretaría de Hacienda para irse a despachar al Banco de México, continuando su carrera de agachado ante los gabachos, ahora se aferra a su capricho de seguir sangrando el presupuesto, salido de nuestros vacíos bolsillos.
Porque, en un arranque frenético de locura incurable, el gerifalte «mayor»? ya decidió ratificar al mórbido Carstens para continuar reventando el sistema financiero por medio de la deuda pública y el absoluto descontrol de la inflación y más pérdida de empleos para la población de a pie.
Para que el infame Carstens siga formando parte de la cúpula descocada que determina como favorables las variables externas del mercado. Para que siga acatando ciegamente las condiciones leoninas del pago del servicio de la deuda externa y continuar agigantándola, del mismo modo que trata a su increíble barriga.
Porque cuando las minorías privilegiadas afirman que se tiene una «sólida » estabilidad macroeconómica, se refieren en realidad a que las finanzas están quebradas a fuerza de defender hasta la ignominia la nómina de «cuello blanco» en el gobierno.