El cáncer, barrera al erotismo

Los factores que conforman la identidad humana son la feminidad o masculinidad, la maternidad o paternidad, el papel social que desempeñamos y el erotismo, y todos ellos pueden verse afectados en grado variable por el diagnóstico y tratamiento del cáncer.
“El momento de la detección sobresalta el equilibrio psicológico del paciente y, por supuesto, su vida sexual, ya que el organismo está estructurado para que la expresión erótica se torne secundaria ante peligros inmediatos. Desde luego, lo que suceda con la vida íntima del paciente dependerá del pronóstico de la enfermedad y la forma en que se modifique su autoimagen”, comenta la sexóloga Martha Olivia Jiménez Ponce.
Imagen corporal
La forma en que cada persona se ve a sí misma queda grabada en el subconsciente y, conforme crecemos, se va actualizando. Dicha imagen nos permite, entre otras cuestiones, estructurar nuestra sexualidad; no obstante, al afectarse a causa de enfermedades como el cáncer, la alteración se percibe de manera similar a una mutilación, aunque no siempre implique extracción o intervención en alguna parte del organismo.
“Por ejemplo, muchas pacientes que han sido sometidas a histerectomía (extirpación del útero o matriz) suelen sentir que las vaciaron y, por ello, dejaron de ser mujeres. La situación de hombres a quienes les han retirado próstata o testículo no está bien estudiada, pero se cuestionan si funcionarán sexualmente o no”, acota la especialista.
Ante ello, es importante que todos los afectados acudan a terapia psicológica para recuperar su imagen corporal, la cual es parte de la identidad femenina y masculina, así como para superar las etapas de duelo. “También es importante trabajar con la pareja, ya que gran porcentaje de mujeres que han padecido cáncer de mama o han sido tratadas con histerectomía refieren que sus compañeros ya no se les acercan”, señala Jiménez Ponce.
Cabe destacar que ninguna parte del cuerpo es monopolio del erotismo, pero al atravesar por tales crisis, es común experimentar la sensación de estar mutilado, por lo que se debe trabajar en la recuperación de la capacidad erótica y del gozo.
Alteraciones
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la mitad de las mujeres tratadas por cáncer ginecológico (en las distintas partes del órgano reproductor) y de seno padecen disfunción sexual a largo plazo. Asimismo, los varones que recibieron atención para cáncer de próstata han referido problemas de disfunción eréctil que varían dependiendo del tipo de terapia recibida. Los problemas más comunes que experimentan los pacientes son la pérdida de deseo sexual y, de manera particular, dificultad para alcanzar erección y mantenerla en hombres, y dolor durante el coito en mujeres. Igualmente, los varones pueden sufrir incapacidad para eyacular e imposibilidad para alcanzar el orgasmo, en tanto que el sector femenino presenta cambios en la sensibilidad genital, sensación de adormecimiento y capacidad reducida para llegar a la cumbre del placer.
“Por otra parte, muchos individuos sienten temor y/o ansiedad sobre su primera experiencia sexual después del tratamiento, lo que ocasiona que eviten la intimidad con la pareja, caricias y actividad sexual. Es posible que estos problemas no se solucionen en los dos primeros años de supervivencia sin enfermedad, por lo que deben ser atendidos por un especialista”, señala la sexóloga.
Tumores mamarios
Los senos son signo prominente de la feminidad, tanto a nivel social como personal; de ahí que en cuanto a imagen personal sea el parámetro más afectado por el tipo de cirugía que se realiza cuando se diagnostica cáncer de mama.
Si bien los tratamientos más conservadores no parecen modificar de manera significativa la calidad de vida ni la sexualidad a largo plazo, se ha observado que 44% de las mujeres con extirpación de seno (mastectomía) parcial y 83% de aquellas con reconstrucción mamaria experimentaron disminución de placer ante las caricias en dicha zona. Por otra parte, se ha reportado reducción en la erección del pezón, situación asociada a baja sensibilidad mamaria debida a cirugía y por la vergüenza que sienten algunas pacientes al mostrar el seno operado. Diversos estudios también demuestran que 61% de pacientes experimenta dificultad para excitarse y 57% sufre escasez de lubricación vaginal.
Otros tipos de cáncer
Ha quedado claro que los tumores ginecológicos, al igual que los mamarios, afectan el ejercicio de la sexualidad debido al diagnóstico en sí y a los tratamientos aplicados, los cuales reducen la calidad de vida. Vistos uno a uno tienen las siguientes características:
Cervical (cuello del útero o matriz). Suele afectar a mujeres de edad mediana (51.5 años promedio), aunque en los últimos años se está incrementando en mujeres jóvenes; de hecho, se estima que 15% de las sobrevivientes son menores a 40 años. Cuando se detecta en fase temprana se realizan tratamientos conservadores, es decir, se extirpa la porción del útero dañada o éste en su totalidad.