Belleza libre de sudor

La transpiración es necesaria para el organismo, pero cuando rebasa los límites se convierte en barrera que condiciona la vida social, laboral y afectiva. Sin embargo, en la actualidad existen diversos tratamientos para mantenerla bajo control.
Belleza libre de sudor
Sudor: agua, minerales y toxinas de desecho
Mal olor corporal
Todo está listo para la gran cita: peinado y maquillaje lucen impecables, y el atuendo es de lo más chic. Está a punto de salir de casa cuando descubre que intensas huellas de sudor debajo de sus axilas sabotearon otro momento importante en su vida, pues una vez más el antitranspirante no fue suficiente para bloquear la “cascada”. De inmediato cancela todo y maldice más de una vez esta condición que desde niña le ha atormentado.
El sudor forma parte del mecanismo que permite adaptarnos a los cambios de temperatura; no obstante, cuando la transpiración se torna tan intensa, al grado de mojar visiblemente la ropa u ocasionar que manos y pies estén todo el tiempo empapados ante el mínimo estímulo, podemos hablar de hiperhidrosis. “Se trata de trastorno cuyas causas se desconocen, pero es atribuible a factores hereditarios. Así, puede presentarse en la niñez o adolescencia, y la intensidad de la secreción de líquido puede llegar, incluso, al goteo”, indica el Dr. Jorge Canut Gasperin, dermatólogo adscrito a la Clínica Dermédica, ubicada en la Ciudad de México.
A su vez, refiere la Dra. Laura Juárez Navarrete, profesora de Dermatología en el Hospital Central Militar y miembro de la Academia Mexicana de Dermatología, “cabe destacar que la hiperhidrosis se clasifica en primaria y secundaria. El primer tipo es la forma más común y afecta a axilas, manos y pies; en estos casos la ansiedad suele ser factor desencadenante. La secundaria se presenta como manifestación de otro padecimiento, por ejemplo, hipertiroidismo, climaterio (fin de la vida reproductiva de la mujer, marcada por la última menstruación o menopausia), enfermedades psiquiátricas y obesidad”.
Ayuda secante
Quienes padecen este trastorno ven disminuida su calidad de vida porque sienten vergüenza de su condición, además de que experimentan rechazo de la gente cuando dan la mano en señal de saludo. Asimismo, llegan a experimentar algunas dificultades laborales, especialmente aquellas personas que al manejar papel o tejido, los mojan con el sudor. A su vez, la sudoración concentrada en el área de las axilas puede causar inhibición social a causa de grandes manchas en la ropa, las cuales dan aspecto de descuido y falta de higiene.
De acuerdo con nuestros entrevistados, la hiperhidrosis no tiene cura, pero sí es posible mantenerla bajo control al aplicar diversos tratamientos:
Cloruro de aluminio. El mecanismo de acción consiste en bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas (encargadas de generar esta secreción) para mantener la piel un tanto seca. Se utiliza en casos leves a moderados y su uso es muy sencillo, pues el preparado se aplica por las noches con algodón, a fin de que actúe entre 6 y 8 horas, y debe retirarse a la mañana siguiente durante el baño. La desventaja es que a algunas personas les irrita la piel.
Iontoforesis. Se realiza mediante aparato especial que transmite corriente eléctrica a las partes afectadas, lo cual evita que las glándulas sudoríparas reaccionen a los estímulos y segreguen sudor. Este método disminuye en forma considerable la cantidad de líquido generado; no obstante, es necesario realizarlo todos los días en periodos de 20 minutos, aunque cuando se ha controlado en cierta medida el problema, las aplicaciones pueden espaciarse.
Medicamentos. Existen formulaciones que inhiben el funcionamiento de las estructuras productoras de sudor, controlándolo en forma aceptable. El problema es que durante su administración pueden ocasionar molestos efectos secundarios, como sequedad de boca, dificultad para orinar, taquicardias (aceleración del ritmo cardiaco) y alteraciones de la vista.
Toxina botulínica. Es la misma que se emplea para atenuar arrugas en el rostro y constituye alternativa segura para aquellas hiperhidrosis resistentes a tratamientos tópicos (que se administran directamente en la piel). Se aplica en serie de pequeñas inyecciones que paralizan los nervios que estimulan las glándulas productoras de sudor. La terapia se efectúa en una sola sesión, es segura, el paciente la tolera muy bien y empieza a actuar a las 48 horas; no obstante, se trata de costoso procedimiento cuyos efectos duran entre 6 y 8 meses.
Simpactectomía. Esta intervención quirúrgica requiere dos pequeñas incisiones a cada lado del tórax, a través de las cuales se coloca especie de grapa en los nervios que estimulan la producción de sudor en axilas, manos y pies, a fin de interrumpir su conducción y así evitar la transpiración excesiva. Ésta es la solución menos agresiva en su tipo, pues hay métodos en los que se corta el nervio y se retira parte de su trayecto.
Prácticamente, esta solución es permanente, aunque se reserva para casos en extremo graves, en los que no han funcionado los tratamientos antes citados. Después de la intervención, en la mitad de los pacientes aparece aumento de sudoración en otras áreas del cuerpo, como espalda, tronco o muslos. Como puede ver, existen diversas opciones de tratamiento que pueden controlar la molesta hiperhidrosis, pero sólo el dermatólogo, después de evaluar cada caso, puede determinar la terapia más adecuada.