Suicidio, cada vez más casos en el mundo

En los últimos 30 años la tasa de suicidios en México se ha incrementado 200%, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que además revela que anualmente se presentan 3 mil 500 intentos consumados.
Pese a que las mujeres pretenden acabar con su vida en mayor número de veces que los hombres, son éstos quienes logran su objetivo en más alto porcentaje, debido a los métodos más violentos y efectivos que emplean, como armas de fuego, ahorcamiento o lanzarse a las vías del Metro, mientras ellas prefieren la ingestión de medicamentos. Así lo indica en un comunicado el director del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, Dr. Alejandro Díaz.
El investigador universitario respaldó su estudio en estadísticas proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), las que igualmente descubren que las principales causas por las que los hombres recurren al suicidio es por padecer enfermedades graves y dolorosas o dificultades económicas, en tanto que para las mujeres son motivo suficiente conflictos familiares o amorosos. En todos los casos, refiriéndose a ambos sexos, los motivos son detonantes de depresión, enfermedad que en algún grado sufren más de 10 millones de mexicanos.
Trastorno mental
Así es como los especialistas (psicólogos y psiquiatras) definen a la depresión, la cual se caracteriza por fuerte decaimiento del estado de ánimo que en el ámbito afectivo se expresa mediante tristeza profunda, vacío existencial, autoculpa y soledad, en tanto que en el mental ocasiona ofuscación, pesimismo, inseguridad y baja autoestima. Los grados en que puede manifestarse son:
Leve. También llamado distimia, este estado depresivo prácticamente pasa desapercibido en los afectados, pero puede intensificarse paulatinamente y mermar el estado de ánimo del paciente, hasta el punto de deteriorar sus relaciones personales.
Mayor. Estado de permanente tristeza, ansiedad, pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban, aumento o reducción de peso, exceso o falta de sueño, cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, dolores de cabeza y estómago e ideas obsesivas en torno a la muerte y suicidio.
Aunque la depresión es hereditaria, situaciones estresantes también pueden provocar su presencia, como pérdida de un ser querido, problemas financieros, escolares, conyugales y laborales, así como el consumo de drogas o alcohol. Una de las formas para superar este problema es la psicoterapia, la cual es labor conjunta entre el paciente y psiquiatra o psicólogo, quienes mediante conversaciones tratan de superar el conflicto causante del padecimiento. Una alternativa más son los antidepresivos, los cuales deben prescribirse cuando el origen de la depresión es el desequilibrio de sustancias químicas cerebrales que regulan el estado de ánimo, como serotonina (interviene en el estado de ánimo) y dopamina (satisfacción y placer).
Parasuicidio
Quien tiene tendencias suicidas atraviesa por una etapa previa al acto mismo de quitarse la vida, el parasuicidio, es decir, conjunto de conductas en que el sujeto, en forma voluntaria e intencional, se produce daño físico sin la intención concreta de matarse, cuyas consecuencias son dolor, desfiguración o alteración de alguna función y/o parte de su cuerpo. Lo más común en estos casos es que la persona se autolesione mediante varios metodos.