Miles de soledenses que habitan las colonias conurbadas a la capital de la zona norte del valle metropolitano se encuentran en riesgo de contraer enfermedades infecciosas, toda vez que cumplieron cuatro días sin el suministro de agua potable y sin que pasen los camiones recolec-tores de basura.
Esta situación ha sido aprovechada por empresas particulares que venden garrafones de agua de dudosa calidad o bien por pipas particulares que cobran hasta 200 pesos por llenar los aljibes o tinacos de los hogares.
Así, miles de habitantes desde la Unidad Habitacional Rancho Pavón, hasta el fraccionamiento Los Fresnos, pasando por la colonia San Felipe, Morelos, San José, entre otras de la zona, desde el pasado viernes no tienen agua potable y muchas esquinas lucen colmadas de bolsas con desechos.
Amelia Infante, vecina de la colonia San Felipe, mencionó que la insalubridad en su hogar es intolerable, pues lo habitan siete integrantes y hay un solo baño, “mi vecina que tiene bomba me ayudó con algunos botes de agua, pero a partir ayer domingo ya no porque su aljibe se está quedando vacío y dicen que llegará hasta el miércoles”, reprochó la afectada.
Mientras tanto, las camionetas con perifoneo que venden agua en garrafón a diez pesos no se dan abasto para satisfacer la demanda del vital líquido, “ayer pasaron pipas con agua de la CROC (Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos) y surtieron a la cuadra, algunos les dábamos cien pesos por llenar el tinaco, pero sí también queríamos llenar el aljibe ya eran doscientos pesos”, detalló Hipólito Manrique, de la colonia Lomas de San Felipe.
Al realizar un recorrido por las avenidas México y San Luis, en la colonia San Felipe, se pudo constatar que en las esquinas de calles y andadores se encuentran montículos de bolsas de plástico con la basura de las casas, “ya vamos para una semana que el camión no pasa y no podemos estar pagando de a cinco o diez pesos carretoneros, aquí es donde quiero ver a los coordinadores que tanto nos estuvieron pidiendo el voto, como ya ganaron y amarraron otros tres años de hueso, ya no nos hacen caso”, lamentó Demetria Ávila, vecina de la zona.
