“México, el primero en reconocerme”: Enrique Vila-Matas

“Escribo desde siempre con la idea de encontrar una escritura que nos interrogue desde la estricta contemporaneidad”, comentó ayer el escritor catalán Enrique Vila-Matas (1948), cuya obra y trayectoria fue reconocida con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015.

Vía telefónica desde Barcelona, España, el autor de Bartleby y compañía y Dublinesca afirmó que busca “escrituras que no se limiten a reproducir modelos que ya estaban obsoletos hace cien años”.

Feliz por haber sido merecedor del galardón dotado con 150 mil dólares, al que considera un regalo de México, “el país que fue el primero en reconocer mi literatura”, el narrador agregó que en los últimos tiempos se ha alejado cada vez más de estos modelos obsoletos.

“Y mis últimos dos libros son novelas que entrarían en la categoría de minificciones y que a veces los veo como simples paseos en prosa”, añadió quien, según el jurado en voz de Patricia Martínez, representante de la lengua francesa, obtuvo el FIL de Literatura porque  “es uno de los autores que más han contribuido a renovar la literatura de Europa y América Latina”.

Reunido el pasado 5 de septiembre en la capital jalisciense, el jurado calificador de esta XXV edición del premio destacó que la obra de Vila-Matas “cuestiona incesantemente la frágil condición de la literatura y reflexiona sobre sus límites y desafíos en el mundo contemporáneo.

“Sus temas principales son el escritor que prefiere no escribir, el texto que reflexiona sobre sí mismo y la escritura como un salto al vacío que pone en riesgo tanto al autor como al lector. Su obra cautiva por su inteligencia crítica, su humor e ironía”, concluyó.

El jurado –integrado por João Cezar de Castro Rocha de Brasil, Ottmar Ette de Alemania, Joaquín Garrigós de España, Alberto Manguel de Argentina/Canadá y Patricia Martínez de España, y sesionando vía telefónica Pierre Assouline, de Francia– revisó 42 candidaturas de 14 países.

Vila-Matas confesó que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, encuentro donde recibirá el galardón el próximo 28 de noviembre, “forma parte de mi biografía, de mi imaginario narrativo. Tengo historias curiosas que están relacionadas con las primeras ediciones, cuando no era tan conocida como ahora.

“Hablo de 1991 y 1992. Éste último fue cuando le dieron el premio a Juan José Arreola. Yo nunca había leído nada de él, para mí su obra fue un descubrimiento total. Y nunca pensé que me ganaría este mismo reconocimiento”, señaló.

El también ganador del premio Rómulo Gallegos en 2001, por su novela El viaje vertical, evocó al escritor Juan Rulfo y dijo que se siente indigno de estar a su nivel. “Mi admiración por Rulfo es inmensa”.

Y dedicó este premio a “quien ha sido mi maestro y mi gran amigo, Sergio Pitol, un autor que ha sido decisivo en mi vocación literaria. Basta que recuerde que en Varsovia, cuando lo conocí, en los años 70, él me dio el impulso definitivo para que me dedicara a esto. Me dijo ‘escribe y no hagas nada más’ y he cumplido con su decreto”.

El autor de El mal de Montano y Doctor Pasavento indicó que espera que este premio no lo paralice y le permita trabajar “aún más en lo que hago, que sea un estímulo para mi creación”.

Habló de la violencia que se vive actualmente y del fenómeno de los refugiados. “Todo escritor debe tener un compromiso con el mundo en el que vive y es evidente que la mayoría de los escritores no lo tienen, tanto en la obra como en la vida política y social. Yo siempre estoy atento a lo que sucede con la angustia lógica de vivir los acontecimientos y preguntándonos siempre hasta qué punto podemos hacer algo, es lo que se preguntan todos los ciudadanos del mundo”.

El autor de una extensa obra, traducida a una treintena de lenguas, concluyó que siempre ha estado huyendo de la novela convencional. “He llevado al límite lo que he hecho. Siempre he trabajado buscando una salida a mi propio libro. Y me propongo tomar riesgos en cada libro para seguir adelante”.

En el acto en el que se dio a conocer el FIL de Literatura, Raúl Padilla, el presidente de la feria más importante del idioma español, destacó lo especial que es esta edición del premio, ya que cumple 25 años de su primera entrega, en 1991, al chileno Nicanor Parra. “Ha sido recibido por grandes figuras de la literatura universal”.

El promotor aseguró que el galardón ha reafirmado la importancia que tiene la cultura en la vida cotidiana.

Estuvieron presentes, además, Tomás Granados, gerente editorial del Fondo de Cultura Económica, y Jorge von Ziegler, en representación de Rafael Tovar, titular del Conaculta. Éste último subrayó que el FIL de Literatura no sólo ha reconocido la obra de grandes escritores, sino ha sido una aportación que enriquece la vida de los lectores.

“Ha sido una especie de mapa, una guía y una herramienta de orientación de los lectores”.

Visitante frecuente

Enrique Vila-Matas ha sido un asiduo visitante de México.

1992

Fil Guadalajara

Una de sus primeras visitas a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, conoció al jalisciense Juan José Arreola y descubrió su obra.

2004

Invitado de honor

El narrador regresó a México en 2004, cuando Cataluña fue el Invitado de Honor de este encuentro librero, aunque el Premio Herralde no formó parte de la delegación, sino que vino de manera independiente.

2012

Hay Festival Xalapa

Su visita más reciente, por señalar sólo las más destacadas, fue al encuentro literario en Veracruz.