Las cinco derrotas de Videgaray

Ha sido un cochinero lo que ha dejado el paso de Luis Videgaray por este país. Ha pervertido, encarecido y revuelto todo lo que toca. Empobreció hasta el absurdo a los menesterosos, secó la economía nacional, desalentó a los inversionistas y paró sus plantas productivas.
La catástrofe económica provocada por su estulticia no tiene parangón con algún poder tras del trono que haya asolado nuestro país. Entre ellos –Rogerio de la Selva, José María Córdoba, Liébano Sáenz–, algunos tienen prendas o merecimientos rescatables. Videgaray, ninguna.
Casi el cien por ciento de los nombramientos en sectores estratégicos se deben a su influencia. Con una fe ciega –no sabemos de dónde nació– Enrique Peña Nieto le confió las decisiones de la integración de todo su equipo económico, financiero y paraestatal.
Él ha estado detrás de todas las decisiones que han encumbrado a improvisados, a mequetrefes –Virgilio Andrade, uno entre mil– sin ápice de cerebro. Si usted tiene alguna duda sobre algún nombramiento importante del sexenio de los Estados Unidos Mexiquenses, voltee hacia Videgaray. Nunca se va a equivocar.
Sí usted pregunta sobre el parricida más desalmado del sexenio, no lo busque en otro lado, pues a pesar de que Pedro Aspe lo creó y lo impulsó, es ahora su principal enemigo. A ningún cretino le gusta que le digan sus verdades, y menos reconocer a quién lo protegió en la pobreza.
Videgaray es el único mexicano que se puede equivocar diez veces por minuto y no ser reconvenido por alguien, pues su jefe, quien debería hacerlo, confió en él como si fuera el Oráculo de Delfos.
Nadie ha sido tan premiado en el extranjero como él, que se hizo designar, a cuenta de millones de dólares de nuestro bolsillo «el mejor ministro de finanzas del planeta y las galaxias conocidas». Para algo $irvieron los 2 billones de pesos que sustrajo de la circulación los primeros dos años de rebuznes.
No le atina ni al mundo. No sabe calcular el precio del barril de crudo, el crecimiento anual del producto interno bruto, la devaluación escandalosa del peso que, bajo su «conducción» ha perdido el 30% de su valor durante el peñismo –¡y lo que aún falta!
Le gusta poner la escalera en la
pared equivocada
Juró por las once mil vírgenes que la devaluación del peso no iba a causar la inflación en puerta. Lo peor es que el Presidente de los Estados Unidos Mexiquenses le cree, y repite como un loro lo que Videgaray declara para su exclusivo beneficio.
Hizo suyas las «reformas estructurales» creyendo que esos pasmarotes lo iban a elevar a la gloria política y a que los mexicanos lo lleváramos a la Presidencia. Jugó con las expectativas de todo mundo y los papeles acabaron en el caño del sistema.
Es el hombre en el que se comprueba sin duda aquél aserto de los gazapos: le gusta poner la escalera en la pared equivocada. Ante la cercanía del «destape» del candidato del PRI a la «grande» se ha visto inusualmente atareado.
Alguno de sus asesores le metió en la cabeza que el «Presupuesto Base Cero» iba a ser el éxito que superara el fracaso de las «estructurales»?. También le salió chueca la jugada. Es un papasal de inocentadas y de medidas descocadas que nadie en su sano juicio aprobará.
Se hizo el triunfador de las «intermedias» que, según Peña Nieto, le dieron la mayoría al PRI-Verde y al Panal para poder aprobar el «Base Cero». Pero, aparte de que Videgaray va a querer cobrar con sangre los presupuestos de cada dependencia, ese armatoste no servirá sino para seguir frenando al país.
En el PRI, en la embajada, en la Cámara, en…
Contrató a un grupo de periódicos para que lo incluyeran entre los «nombrados» para «la grande» en todos los partidos. Una vez más, hasta en esta encuesta Videgaray salió reprobado vergonzosamente, con un 12% de intención del voto.
La encuesta salió publicada en un mal momento para este contrariado sujeto. En esos días había cometido cinco errores y sufrido cinco derrotas que lo acabaron de desquiciar todito. Fue por lana y salió trasquilado.
No satisfecho por el genocidio económico que provocó y manipuló frente a las narices de Peña Nieto, el buscón Videgaray quiso incursionar en materia política para armar su cuadro de ejecuciones.
Primera derrota: se empeñó en nombrar al ñoño niño Nuño al frente de la delicada cabeza del PRI. Dicen los cercanos a Los Pinos que el Presidente, en un momento de lucidez, recapacitó sobre el juego en el que lo querían entrampar los tres miembros de su círculo íntimo. Se percató que estaba secuestrado.
Y decidió que, contra viento y marea, el ungido fuera el sonorense Manlio Fabio Beltrones, aunque Videgaray, Oso..rio y Nuño perdieran el sueño, casi para lo que resta de este emproblemado sexenio?. El de Atracomulco se fajó los pantalones y empezó a tomar decisiones.
Segunda derrota: no pudo imponer a Lozoyita como Embajador de México en Estados Unidos ?. El junior tendrá que asumir la responsabilidad del fracaso rotundo de Pemex y con algo podrá salpicar al padrino y promotor Videgaray.
Tercera derrota: por consecuencia de lo anterior, Enrique Ochoa Reza no pudo llegar a sentarse al sillón que iba a desocupar Lozoyita. Querían jugar los tres a la matatena. Ochoa deberá responder por los trastupijes en la CFE con su padrino.
Cuarta derrota: no pudo empujar a Enrique Jackson como pastor de la bufalada priísta en la Cámara. Peña Nieto prestó oídos a un viejo sabio de Atracomulco que le refirió cómo había sido el fallido desempeño de Jackson. al lado de Liébano, como delegados priístas ?en la histórica derrota de Nuevo León a manos de El Bronco.
Quinta derrota: por más que lo empujó, Jorge Carlos Ramírez Marín no llegó a la presidencia anual de las sesiones de la Cámara Baja. La estafeta la llevará Ivonne Ortega, en premio a su trabajo por haber ganado una delegación del DF para el PRI.
Derrotado en los temas económicos, Videgaray va por otras dos derrotas seguras en lo político:
Sexta, el fracaso de no poder sentar en la rectoría de la UNAM a Sergio Alcocer, otro de los improvisados de la SRE. Seguramente podrá ser cualquier otro u otra, porque el dedo de Videgaray está «salado».
Séptima, no podrá hacer a Meade secretario de Agricultura, desde donde Videgaray quería «placearlo» para meterlo de relleno en su terna del hándicap a Los Pinos. Con eso de su pasado oscuro en la Financiera Rural, Meade ya iba «certificado» por su padrino.
Septiembre será un mes de algaradas sociales
Anonadado, derrotado, confundido, Videgaray anda buscando todos los reflectores posibles para salir de ese páramo de derrotas. Le ha confiado a sus estrategas que, de aquí a diciembre, amenaza con pararse en todos los rincones del país, que dizque para repuntar en las encuestas.
Como siempre, a los improvisados les falla el cálculo político. ?Y qué bueno que así sea.
En el entorno de huracanes y tormentas de la devaluación e inflación y el estancamiento provocados por su exterminio económico del país, septiembre llegará con nuevas malas y funestas. Empieza el mes con un Informe de Gobierno que no sólo no registra nada, sino que a la luz de la sociedad resulta un ejercicio insulso.
Un documento descremado e infame, más que insustancial. No hay una sola nota buena qué destacar.
El 6 de septiembre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dará a conocer sus conclusiones sobre el desmadre de Ayotzinapa.

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