El tablero de control, desquiciado

Ante una catarata de despropósitos, casi está uno tentado a no poder atribuir todo el desbarajuste a un solo individuo, por muy poderoso que sea. Tiene que haber algo más, una especie de complot contra el país.
Porque si sólo uno fuera el provocador, y sus desvaríos tuvieran un objetivo concreto, estaríamos frente a un monstruo, un gigante de la política.
Pero no. No es así. Como el tiradero y el cochinero son producto de ingenuidades e ignorancias del primero, y producto de segundones actores de reparto todas la barrabasadas, debemos denunciar quiénes son los que lo están haciendo.
Debemos señalar a los que cada minuto que pasa desquician el tablero de control, de seguridad y estabilidad del país, y enjaquimarlos?, antes de que sea demasiado tarde y estemos enfrascados en una guerra fratricida.
Porque no estamos frente a caudillos de la historia, que se inspiran en el trayecto nacional para nutrir sus grandes decisiones, sino frente a auténticos catetos? y palurdos con ocurrencias invertebradas que nos están llevando entre las patas.
A quién se le ocurrió que, en una más de sus desafortunadas decisiones, el INE del hijo de Arnaldo pasara sobre todas las leyes del cielo y de la tierra para concluir que el Verde no había violado la ley, porque con sus actos proditorios no pudo impedir la elección?
No era eso lo que estaba en tela de juicio, sino la constante y sistemática mofa de los dueños del negocio del esperpento Verde para burlarse de todas las amonestaciones, prevenciones y «castigos» del INE.
Cientos de miles de ciudadanos exigían el retiro de su registro, no porque se hubiera opuesto a la jornada electoral –es su negocio, ¡por Dios!–, sino por las befas a la ciudadanía de no acatar una sola disposición civil, mercantil, electoral y constitucional.
Porque el Verde ha dejado desde hace mucho de ser un Partido para convertirse en el vertedero de desperdicios de los demás partidos, sanjuaneando a todas las autoridades y violando todas las normas, no para exigirle otra cosa.
Porque rebasó todos los topes de gastos antes, durante y después de la jornada electoral; por la mendacidad de sus promesas electorales; por el uso indebido y depredador de los tiempos y costos de la publicidad autorizada.
¡Ah, no! En una frase que pasará a la historia de los ridículos, el hijo de Arnaldo, presidente Consejero del INE, se atrevió a proferir un argumento que no se le hubiera ocurrido ni al «Chavo del Ocho», héroe preferido de Fox y Marta.
Dijo Arnaldo junior: «Pese a la gravedad de las irregularidades cometidas por el Partido, éstas nunca pusieron en riesgo la realización de las elecciones, ni el derecho a votar de los ciudadanos». ¿Quién le preguntó eso?
Días antes de las elecciones el mismo hijo de Arnaldo excusó a los ?conjurados de la CNTE –que sí juraron boicotear las elecciones–, pues el INE iba a dejar de realizarlas, «sólo ahí donde no se pudiera» y santas pascuas.
El periodiquito de Los Pinos
¿Quién, de los varios descerebrados que manejan la política interior, la electoral, los derechos políticos, la seguridad y estabilidad del sistema, le ordenó al hijo de Arnaldo que abriera la boca para decir estas estupideces?
Porque si él hubiera tomado solito la decisión de hacerlas?, a estas alturas ya hubieran sobrado los caifases que se sintieran agraviados y hubieran pedido su cese fulminante, para salvaguardar el honor comicial de México.
Él solito no fue. Sería pedirle demasiados arrestos, y no es individuo de esa catadura. Alguno de los cien enlaces de más de cien millones de presupuesto que tiene en la nómina de asesores sugerida por la comentocracia televisiva, seguro le pasó el guión.
¿De parte de quién? Eso, creo que nunca tendremos derecho a saberlo. Siempre estará bajo siete llaves, igual que el imaginario complot que creen desde Los Pinos urde la pareja desairada con la televisora de sus orígenes.
Sería tanto como querer saber quién será el valiente que se aventara al ruedo para salvar de su suplicio ministerial a la señora Arely Gómez , que hasta ahora no ha podido dar un palo al agua en el desastre heredado por el «averiguador audaz» Jesús Murillo Karam, héroe fatigado del sexenio.
Sería tanto como querer saber quiénes son los cerebros editoriales que concibieron la genialidad de publicar un diario de tres al cuarto al servicio de Los Pinos, donde –desde el patrocinador hasta el último de los gacetilleros– tendrán asegurado el chayote lo que le queda de tiempo al Titular.
Sería tanto como saber el monumental tiraje que tiene el mentado rotativo de tres páginas y si es que lo leen más allá de los cerrados recintos de Constituyentes y Observatorio. Demasiado para un hombre.
Sería tan descabellado como querer saber la reacción que tendrá el «académico» Miguel Basáñez cuando los atrevidos columnistas de Washington empiecen a airear su pasado como hombre de negocios en la SEMIP o como «señor justicia» en Toluca, ya para no mencionar cómo «resolvió» el affaire de la hermana de su jefe y apoyador, Susana del Mazo con un defraudador que terminó muerto en Centroamérica.
Un embajador despistado
¿Cuál será la reacción del ameritado académico cuando tenga que recibir las órdenes, sin excusa ni pretexto, de la Casa Blanca, del Banco Mundial, del FMI o del Departamento de Estado para que cumpla órdenes y transmita su cumplimiento a Enrique Peña Nieto?
¿Reaccionará como «académico», como ex secretario particular de Alfredo del Mazo, como ejecutor de los negocios del mexiquense, como operador de los bisnes de paraestatales en SEMIP, como subcontratista de La Quina, como socio de los paniaguados Reyes Heroles González Garza? ¿Cómo?
¿O reaccionará como lo que ha sido en los últimos años, cabildero de un bufete neoyorquino que pretendió, por medio de sus «influencias» quedarse con la parte del león de los depósitos gasíferos, patrimonio nacional de la ?afamada Cuenca de Burgos, en el aciago sexenio de Vicente Fox?
Debe reaccionar cómo «algo» o «alguien», no desde luego como el «impoluto académico » que se ha manejado desde los cenáculos de la comentocracia interesada en obtener algunas migajas de sus beneficios.
Porque la diplomacia gabacha se sintió ofendida cuando constató –y así lo dijo– que le regresaban sandías en vez de balones. Se esperaron tanto en nombrar a la Jacobson embajadora en México, experta en diplomacia latinoamericana y jamás esperaron seis meses para asistir al «parto de los montes»
Contestaron con un hipócrita beneplácito al enterarse de la sugerencia en favor del «académico», expresando que, muy a su pesar, aceptaban la designación de un ilustre desconocido. ¿Estaremos cayendo en el despropósito del hambriento que se pelea con la cocinera?
¿Es este el karaoke de la política?
La previsión de conflictos, la búsqueda del equilibrio de fuerzas,? las negociaciones y arreglos políticos, la administración de riesgos, el recuento de daños y el control de decisiones en zonas estratégicas es un asunto demasiado serio.
No puede hacerse a troche y moche la supervisión de los ámbitos políticos, electorales, de procuración de justicia, de relación diplomática con el poderoso e hipersensible vecino norteño. Alguien debe asumir los riesgos.