Ejercicio, gran aliado contra la osteoporosis

El aumento en la expectativa de vida de los seres humanos se relaciona directamente con la aparición de diversas enfermedades que antaño se tomaban a la ligera o simplemente se ignoraban.
Es el caso de la osteopo-rosis, padecimiento que empieza a cobrar la factura con el inicio de la menopausia —en ocasiones un poco antes— y que, como usted sabe, puede propiciar la aparición de fracturas que vulneran en forma notable la calidad de vida del paciente.
El ejercicio es una de las armas con las que podemos fortalecer nuestros músculos y huesos, sobre todo entre los 15 y 35 años de edad, etapa vital en la que se alcanza el nivel más alto de salud ósea en el organismo.
Experto en la materia
El Dr. José Luis Sánchez Mejía, expresidente de la Sociedad Médica del Hospital de Traumatología y Ortopedia Lomas Verdes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explica con lujo de detalle los pormenores en torno a la osteopenia, trastorno que se refiere a la disminución de densidad mineral en el hueso y que se considera como el antecedente de la osteoporosis, sin olvidar que afecta a aproximadamente siete millones de mujeres en México durante los primeros cinco años posteriores a la menopausia.
Aunque no es frecuente, dice el médico cirujano egresado de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), las mujeres que se encuentran en la perimenopausia (35 a 45 años) pueden padecer osteopenia o tener manifestaciones de osteoporosis. Las causas:
tabaquismo (tres cigarrillos o más al día), tomar demasiado café y consumir muchas proteínas. A ello hay que agregar la ingesta de fármacos anticonceptivos, anticonvulsivantes, diuréticos,
antibióticos y anorexigenos (quitan el hambre), tan comunes en fechas recientes.
En la menopausia como tal (45 a 55 años), dice Sánchez Mejía, aparece en escena la problemática de los lípidos séricos (colesterol y triglicéridos) en combinación con la pérdida de los estrógenos, que son fijadores primarios de calcio a hueso. Hay que tomar determinaciones importantes en esta etapa, explica el experto, lo que significa cambiar la alimentación e incluir en ella productos que provean de al menos un gramo diario de calcio, sin olvidar que la vitamina D es imprescindible para que el mineral pueda desdoblarse en el organismo.
Desafortunadamente, dice el entrevistado, en la posmenopausia el riesgo crece automáticamente porque nos encontramos ante una absoluta perdida de estrógenos.
Si a esto se suma un pobre consumo de calcio y vitamina D, así como alta ingesta de refrescos (sobre todo de cola) y café, “en ese momento nuestra sangre se vuelve ácida, por lo que el cerebro reacciona para que el organismo recupere su equilibrio y ordena que se libere una cantidad importante de calcio, y ¿de dónde se obtiene?, del hueso, de nuestra reserva principal, lo que aumenta el riesgo de fracturas”.
Fracturas a la carta
Es un error pensar que se puede prevenir la osteoporosis porque esta condición alcanza a todos los seres humanos a partir de los 70 años de edad, entidad que entonces se denomina osteoporosis senil y cuya severidad dependerá de los antecedentes de cada individuo.
Sin embargo, lo que sí es posible es prevenir las fracturas mediante el robustecimiento del sistema músculo esquelético a partir de las pautas ya citadas.
Las fracturas más frecuentes, comenta el Dr. Sánchez Mejía, “son de tipo vertebral, lesiones que pueden aparecer entre los 40 y 45 años y a las que no tomamos muy en cuenta porque ‘no nos duele mucho’.
Es clásico ver a gente que se hace cada vez más chiquita, ‘jorobadita’,
y eso sucede porque hay fracturas en la columna, es decir, pérdida de hueso y altura de los cuerpos vertebrales”.
Ahonda el especialista:
“A mí me molesta mucho que varios médicos todavía digan con orgullo: ‘Ya está usted muy chiquita, madrecita, ya es la edad, ya ni modo’, y me parece muy mal, es un pecado que un galeno diga eso porque, aunque no se pueda prevenir la osteoporosis, al menos sí se podría evitar una fractura”.
Quien llega a los 55 años en aparente buen estado de salud, sin fracturas vertebrales ni joroba, “llegará en realidad a esta etapa con un signo de interrogación, porque es probable que se fracture el húmero o el radio (huesos del brazo), o la tibia y peroné (huesos de las piernas).
Sin embargo, el riesgo mayor llega a los 60 años, porque en esta edad empieza la curva de fractura de cadera al alza”.
Sobresale en este momento un dato impactante:
“En México, de cada 10 mujeres mayores de 65 años que padecen osteoporosis, seis van a sufrir fractura de cadera.
Uno podría pensar que se pone un yeso y se acabó, pero no, desafortunadamente la fractura de este tipo nos lleva a quirófano y nos cuesta a nivel particular entre 80,000 y 100,000 pesos el procedimiento, que incluye prótesis, hospitalización y honorarios”.