Mató a su madre porque le reclamó haberse puesto un tatuaje

Un sujeto estranguló a su madre, después durmió en la misma casa junto al cadáver, que al día siguiente desmembró y enterró en el patio trasero de su vivienda ubicada en la colonia Álvaro Obregón. Todo, porque su progenitora le reclamo haberse puesto un tatuaje.

En un comunicado de prensa, la Procuraduría General de Justicia de Sonora identificó al presunto homicida como Jesús Eduardo Borboa Molina, de 24 años de edad, quien en las próximas horas será consignado por el delito de feminicidio contra María Guadalupe Molina Laustaunau, de 63 años.

El fiscal Carlos Alberto Navarro Sugich, narró que el hallazgo del cuerpo de la víctima se llevó a cabo luego de que el pasado primero de julio, el hoy detenido, acompañado de su padre, acudiera a la Policía Estatal Investigadora (PEI) para reportar la desaparición de la señora María Guadalupe.

Después de recibir el reporte, elementos del departamento de Personas Desaparecidas iniciaron con las indagatorias correspondientes y el dos de julio acudieron al domicilio de la víctima ubicado en la mencionada colonia, percatándose que del interior del mismo se desprendían olores fétidos.

Los agentes notificaron a elementos del departamento de homicidios y al agente del Ministerio Público quien solicitó autorización a familiares para ingresar a la vivienda, siendo un hermano de María Guadalupe quien llamó a un cerrajero para abrir la puerta de la casa y permitir el acceso.Al ingresar al domicilio encontraron una maleta con restos humanos.
Al continuar inspeccionando el lugar observaron que en el patio trasero se encontraban restos humanos a simple vista, y había tierra removida, por lo que al escavar hallaron del cuerpo de María Guadalupe, que estaba desmembrado.

El representante social ordenó el levantamiento y traslado del cuerpo para realizar las diligencias de ley y giró una orden de investigación a elementos de la Policía Estatal Investigadora, los cuales entrevistaron a familiares de la víctima, quienes dijeron que la occisa vivía sola en su casa y su hijo Jesús Eduardo se quedaba con ella ocasionalmente. Así mismo dijeron que fue el día lunes 29 de junio cuando la vieron por última vez, siendo su hijo la última persona que estuvo con ella.

Respecto del paradero de Jesús Eduardo, sus familiares manifestaron que el jueves 02 de julio, por la mañana, fue la última vez que lo vieron, habiendo perdido contacto con él, a pesar de que le estuvieron llamando repetidamente a su teléfono celular, el cual ,dijeron, se encontraba apagado.
Luego de un trabajo de inteligencia e investigación, se estableció que Jesús Eduardo se encontraba en Mazatlán, Sinaloa, por lo que la Procuraduría de Sonora envió un oficio de colaboración a sus homólogos solicitando apoyo para la búsqueda y localización de Jesús Eduardo Borboa Molina.
Fue la tarde del sábado 04 de julio, cuando la Policía Ministerial de Sinaloa logró el aseguramiento de Jesús Eduardo y por la noche fue trasladado, por elementos de la Policía Estatal, a Hermosillo donde el domingo fue presentado ante el agente del Ministerio Público quien lo estaba requiriendo.
La confesión
En su declaración ministerial, Jesús Eduardo manifestó que fue el pasado lunes por la tarde-noche cuando llegó al domicilio de su madre donde ambos discutieron ya que su progenitora le reclamo haberse puesto un tatuaje. Durante la discusión, dijo el individuo, estranguló a su progenitora.
Posteriormente, Jesús Eduardo dejo el cuerpo de la occisa en el baño de la recámara. Seguidamente salió del domicilio y se fue en el vehículo de la mujer a dar la vuelta con unos amigos y con su novia, para posteriormente regresar a la casa de su progenitora donde durmió junto al cadáver.
Al día siguiente, dijo, sacó dinero de la tarjeta del banco de su madre, compró bolsas de plástico, guantes y una barra de metal, con la cual excavar. Al regresar al domicilio desmembró el cuerpo de la víctima para después meter las partes en bolsas de plástico, mismas que dejó en el baño.
Fue el miércoles cuando en el patio de la casa excavó dos hoyos y enterró las bolsas con los restos humanos. Metiendo los restos que no pudo enterrar, por falta de espacio, en una maleta. Luego, acudió a la PEI a reportar la desaparición de María Guadalupe, en compañía de su progenitor.
A la mañana siguiente se fue en el auto de su madre a San Carlos, Sonora, lugar donde abandonó el vehículo y después tomó un autobús a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, donde se hospedó en un hotel y donde finalmente fue asegurado por elementos de la Policía Ministerial de ese Estado.
Jesús Eduardo Borboa Molina será consignado en las próximas horas por el delito de feminicidio, por el que podría alcanzar una penalidad que va de los 30 a los 60 años de prisión; y por violación a las leyes sobre inhumación y exhumación cuya penalidad es de 6 meses a 3 años de prisión.