Pruebas psicológicas; una necesidad social

Las pruebas psicológicas responden a una necesidad social; gracias a ellas es posible medir problemas como depresión en niños, la ansiedad, la anorexia y la bulimia, entre otros. Además, son útiles para crear programas de tratamiento.
La evaluación psicológica puede brindar muchos elementos para planear una terapia, afirmó la maestra Laura Edna Aragón Borja, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM.
Desde hace 20 años, existe la Unidad de Evaluación Psicológica Iztacala (UEPI).
Dirigida por la maestra Aragón y en donde se revisan aspectos relacionados con problemáticas de aprendizaje, conducta, baja autoestima, depresión, ansiedad y de adaptación de niños. De todos los casos, se realiza un reporte y se entregan sugerencias de intervención a los padres.
Explicó que los dos principales motivos por los que acuden pacientes infantiles a la UEPI son por trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA-H) y por problemas de aprendizaje.
Evaluación de niños
En el caso del TDA-H generalmente es mal diagnosticado, de acuerdo con la maestra Aragón Borja. Por ello en la Unidad se realiza una evaluación a través de dos pruebas: una cualitativa y otra cuantitativa.
A través de estas se puede establecer que el niño probablemente cuenta con características propias del trastorno, pero no se podría decir categóricamente que lo presenta. La prueba cuantitativa establece categorías que determinan el nivel de riesgo (nulo, moderado y elevado) de presentarlo.
«Muchos de los chicos son sobresalientes, tienen una inteligencia por arriba de la norma y como terminan pronto de realizar sus labores, no tienen nada que hacer y se ponen a molestar a sus compañeros, por eso los confunden y piensan que tienen TDA. A veces desde la entrevista que tenemos con el niño vemos que no tiene falta de atención, entonces quiere decir que esto es situacional, que el problema es por un inadecuado manejo de límites, por ejemplo», comentó la psicóloga.
No obstante, en caso de que presente un riesgo elevado de TDA-H, debe canalizarse para que reciba intervención psicopedagógica a nivel conductual y, si se considera necesario, sugerir a los padres una evaluación neuropsicológica, labor que -aclaró- ya no se realiza en la UEPI.
Los problemas de aprendizaje son los segundos más atendidos en la UEPI. En este aspecto, se evalúan niños con bajo rendimiento en la escuela, que no aprenden, no se concentren, son distraídos o presentan problemas de memoria.
En este caso, la maestra Aragón Borja explicó que lo primero que hacen es aplicar una prueba de inteligencia para conocer con qué capacidades cuenta el infante y en cuáles está bajo.
Es importante identificar el tipo de problemática de aprendizaje que presenta, pues en algunos casos esta puede deberse solo a mala memoria, y en otros a episodios de ansiedad.
De esta manera, no sólo aplican pruebas del nivel intelectual sino también emocional, a fin de tener una evaluación más integral y poder dar sugerencias de intervención.
Este tipo de evaluaciones tiene una alta demanda entre la sociedad, puntualizó la maestra Aragón Borja, y son un medio para conocer más de cerca problemáticas como la ansiedad o la depresión infantil, que cada vez son más frecuentes.