Aportaciones del Observatorio de Rayos Gamma HAWC en Universitarios Potosinos

El estudio de los rayos gamma de alta energía permite conocer lo que sucede en lugares remotos y desconocidos fuera de la galaxia, por lo que por medio de los observatorios de este tipo de energía lo científicos conocerán los fenómenos más recónditos y extremos que se generan en el universo.
Esta es la primicia del artículo principal de la edición de junio del órgano de Divulgación Científica de la UASLP Revista Universitarios Potosinos, donde el autor Ibrahim Daniel Torres Aguilar, egre-sado del doctorado en Ciencias del Instituto de Física de la UASLP e investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y jefe de sitio del Observatorio de Rayos Gamma HAWC.
Observatorio de Rayos Gamma HAWC: una ventana al universo extremo, da a conocer al lector cómo fue concebido el High Altitud Water Cherenkov (HAWC, por sus siglas en inglés), que fue diseñado para estudiar el origen de rayos gamma de muy alta energía producidos en objetos celestes, producidos en los objetos más energéticos del Universo.
Además en el artículo se explica que este observatorio surgió para sustituir a “El Milagro”, para poder hacer estos estudios con una mayor precisión, debido que el HAWC incrementó su sensibilidad y es capaz de descubrir nuevas fuentes de rayos gamma con energías de TeV, por lo tanto detecta nuevos fenómenos físicos en este rango de energías.
Este importante observatorio que posibilitará a los investigadores conocer la causa de los fenómenos más inexplicables en el universo se encuentra enclavado en la Sierra Negra de Puebla, desde donde busca detectar rayos gamma y rayos cósmicos a través de la medición de cascadas atmosféricas, que se originan cuando estos colisionan en la parte superior de la atmósfera con moléculas de aire; los datos obtenidos son útiles para inferir el lugar del universo en que se originaron.

En un año HAWC-111 ha dado resultados científicos como la medición de la anisotropía en las direcciones de arribo de rayos cósmicos; la búsqueda de rayos de muy alta energía en GRB 130427a; y un mapa celeste donde se localizan las zonas de mayor concentración energética de rayos gama.

Su operación contempla 10 años de trabajo en las que se busca: El estudio de fuentes variables, incluyendo las llamadas “ráfagas huérfanas”; El estudio de fuentes difusas extendidas; El estudio de fuentes con espectro duro, incluyendo la detectabilidad de fotones con E>100 TeV; así como otros indicadores que permitirán al hombre conocer la causa y efecto de algunos de los fenómenos más recónditos del universo.