Arrestan a 93 por tráfico de personas en Myanmar

Las autoridades birmanas han arrestado a 93 personas por tráfico de seres humanos este año pero ninguna de ellas en el estado Rakhine, en el oeste del país, lugar del que han huido miles de rohinyá por la persecución que padecen, informó hoy la prensa estatal.
Al menos 22 víctimas fueron liberadas el mes pasado, en el que a raíz de una campaña contra las mafias en Tailandia estalló una crisis de refugiados en toda la región, que dejó a miles de inmigrantes atrapados en barcos en el golfo de Bengala.
Estos refugiados son bangladeshíes y rohinyá, una minoría musulmana que vive mayoritariamente en Rakh ine pero a la que Mya nmar  (antigua Birmania) no reconoce la ciudadanía y considera inmigrantes ilegales bengalíes.«No ha habido casos de tráfico de personas en (…) el estado Rakhine este año», según el diario Global New Light of Myanmar que sitúa la mayoría de arrestos en el estado Shan, en el noreste, y en las ciudades de Ma nda lay y Rangún.
«La mayoría de víctimas de Myanmar fueron vendidas en matrimonios forzados en China y como trabajadores forzados en Tailandia», añadió el periódico que indicó que entre enero y mayo hubo 56 casos de trata, el doble que en el mismo período del año anterior.
Myanmar se ha negado a reconocer cualquier relación entre la crisis migratoria que afecta la región y la discriminación a la que somete a la minoría rohinyá, que tiene la libertad de movimientos limitada y es obligada a vivir segregada del resto de población.
Las autoridades birmanas se han comprometido a ofrecer ayuda humanitaria a los refugiados que quedaron atrapados en barcos en el mar de Andaman pero ha insistido en limitar las causas del éxodo migratorio a la pobreza.
Representantes de 17 países y organizaciones internacionales se reunieron el 29 de mayo en Bangkok para abordar la crisis de refugiados, sin poder acordar ninguna solución para acabar con la persecución que sufren los rohinyá.
La situación de esta minoría en el país empeoró en 2012 a raíz de dos brotes de violencia con la mayoría budista rakhine, en la que murieron al menos 140 personas, la mayoría rohinyá, y llevó a otros 140 mil a campos de desplazados.
Desde entonces 153 mil 300, o alrededor de un 10 por ciento de la población, han embarcado en barcos operados por redes de trata de personas para intentar llegar a Malasia, según la estimación de la organización Arakan Project.