Lo que pudo ser y no ha sido

Maria  rosa Peña Velderrain

“México se encuentra atorado en una democracia autoritaria” – Lorenzo Meyer.

Desde que llego el PAN al poder en el 2000, la sociedad mexicana comenzó a creer en el gobierno y la democracia que tanto tiempo habíamos esperado. Fox representaba la esperanza de un cambio democrático verdadero, pero comenzó a desmoronarse en el momento en qué también buscaron lograr la hegemonía del partido al oponerse rotundamente a un posible régimen perredista.

Lorenzo Meyer, habla de una derecha panista muy “corta”, que no alcanzo para llegar a un cambio en México, a pesar de la oportunidad otorgada, y que permitió el regreso al partido hegemónico y totalitario.

El gobierno de Fox, que se vio como una salida fácil y correcta por su honradez y su compromiso con la democratización mexicana, se tomó de la mano con la corrupción bajo la excusa de utilizarla contra los priistas que habían hecho tanto daño al país; sin darse cuenta se volvió uno más de ellos, abusando de su poder y a calidad de cambio la esperanza de los mexicanos por la democracia se quedó estancada en un mínimo esfuerzo

La presidencia no ha logrado resolver los problemas del autoritarismo, o los problemas de luchas entre partidos, en lugar de una lucha entre propuestas de mejora. El congreso y sus legisladores se han privado de la oportunidad de crecer y de lograr verdaderos cambios, sin influencias partidarias.

Por ejemplo, en el Congreso, una vez que Calderón presento sus propuestas para realizar la reforma energética y permitir el ingreso de capital extranjero al petróleo mexicano, los legisladores priistas se negaron y se indignaron, “¿cómo le vamos a quitar el monopolio a Pemex?”, ya ahora se tragan sus propias palabras.

México ha vivido en proyectos de ilusiones, como el del mercado global mexicano de Salinas, y las futuras promesas de Peña Nieto para una mejor explotación de recursos energéticos pero todo ha quedado en meras ilusiones.

Es por esto que como pueblo mexicano, principalmente nosotros los jóvenes debemos exigir lo que es nuestro por derecho, la democratización de nuestro gobierno, la lucha contra la inmunidad de gobernantes coludidos con el narco, pero sobre todo el derecho a un gobierno que vele por los intereses del pueblo y no los de un partido.