Existe lo que no debe existir

Seguramente en estos últimos días, inclusive qué digo días, meses atrás, desde que dio inicio el Proceso Electoral 2015, o sea desde el pasado mes de Octubre (2014) y que precisamente con el día de hoy suman exactamente siete meses de vida político-electoral, hemos sido testigos presenciales de un sinfín de lodazales en la vida política del estado. Y digo “vida” porque sin duda, es un fenómeno -aunque momentáneo- pero se ve, se siente, y por supuesto se vive: constantemente, físicamente, cívicamente, constitucionalmente, directa e indirectamente pero lo vivimos; en calles, plazas, jardines, escuelas, universidades, centros comerciales, restaurantes, cafeterías, en fin, de hecho hasta en transporte público, antros, bares, cantinas. Y qué decir en horarios laborales de trabajos cotidianos, tanto en la iniciativa privada como en instituciones públicas (sobre todo éstos últimos que muchos se encuentran en la incertidumbre, o mejor dicho no encuentran la brújula que los salve de un naufragio a futuro).
Por otro lado los mismos actores políticos que en algunas ocasiones no realizan proselitismo de altura, hacen que de una u otra manera nos involucremos como ciudadanos, ya que tienen como mayor desafío, el que la gente les crea absolutamente todo, como si no se dieran cuenta que la realidad en la actualidad es otra, que la población en particular de hoy, no es la misma población en general de ayer, la cual podían engañar fácilmente a través de promesas. Pero aun así existen candidatos y partidos políticos que les encanta jugar con fuego, en vez de proponer y promover una buena plataforma de políticas públicas encaminadas a una mejor expectativa de los potosinos, andan prometiendo y comprometiendo-se todo a diestra y siniestra, desde lo inalcanzable hasta lo inimaginable. Recurren por igual a la compra de conciencias entre los electores a cambio del sufragio; regalan tarjetas de monedero electrónico para uso exclusivo de centros comerciales; obsequian despensas con cualquier tipo de producto perecedero; discursos mal hechos; bueno, jamás una campaña lo más recta o legalmente posible y apegada verdaderamente a las demandas del pueblo. Donde el candidato de inmediato observe y analice el problema de la colonia, barrio, fraccionamiento, delegación, comunidad o municipio, y dé respuesta sin promesa; y, entonces sí, proponiendo y promoviendo apegado a lo correcto y no a mentiras que nunca llegaran.
Nos involucramos también en las campañas, porque existe lo que no debiese existir: “Campañas Negras”, donde se cree que meterse en la vida privada o insultar de cualquier manera a un candidato y al adversario, es considerado algo muy normal en política. Donde de partido a partido político lo único que demuestran es que no saben hacer política y además lo permitan; finalmente ninguno está exento o bien, libre de culpa. Aunque en una ocasión el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, dijera que sólo es “política ficción”, insisto, la ciudadanía, empresarios, intelectuales, críticos, observadores nacionales y extranjeros, no admiten tal bajeza entre actores políticos para los futuros comicios. Sin embargo ese problema está latente en nuestros días, debiéndose eliminar lo más pronto posible, ya que hemos estado viendo y viviendo una excesiva y obsesiva lucha por el poder, entre aquellos que anhelan, desean y pretenden manejarlo “digna” o “indignamente” con nuevos cargos públicos; aunque como siempre…, generalmente, son los mismos actores políticos. Esa mala praxis de arrebatar ese insaciable poder, de hacer sombra a quienes en verdad desean la prosperidad y el bien de los conciudadanos, de traicionar hasta su misma conciencia con tal de quedar en el trono, no es de ahora, esto viene al igual que las raíces de nuestro Derecho Constitucional, desde siglos atrás: época de los romanos, antes y después de Cristo; tiempos de Calígula, Nerón, Herodes, Julio Cesar, entre otros. Unos al traicionar, y otros por haber sido traicionados. Y qué decir del mismísimo Jesucristo, que murió en manos de puros traidores.
Lo que sí, este tipo de acciones en los actuales tiempos -y en cualquier otro- es injusto e imperdonable desde el punto de vista personal, profesional, moral, religioso, y por supuesto, político. Ejemplo relativamente reciente y más allegado entre los potosinos, el ocurrido el pasado 5 de Enero de este presente año, sabido por muchos de ustedes, el ex Alcalde del Municipio de Soledad de Graciano Sánchez, José Ricardo Gallardo Cardona, fue aprehendido por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) una vez que gozaba y contaba con apenas un par de días de haber solicitado licencia (2 de Enero del 2015) para retirarse de su cargo como Presidente Municipal, perfilándose a contender en los comicios electorales del próximo 7 de Junio por otro cargo de elección o representación popular: la gubernatura del estado. Hasta hoy, los cargos que se le han imputado por parte de la Agencia de Investigación Criminal o Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), así como por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a través de la Unidad de Inteligencia Financiera, por los delitos de Delincuencia Organizada y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (por los supuestos nexos o presuntos vínculos con grupos criminales), sin tener derecho a fianza-Auto de Formal Prisión. Eso es lo que dictó un Juez Primero de Distrito en Procesos Penales Federales con sede en Hermosillo, Sonora, argumentando que la acusación de la PGR reunía los indicios suficientes para iniciar un juicio contra el ex Edil de dicho municipio, teniendo qué permanecer allí hasta que un tribunal unitario resuelva su recurso de apelación, pues los delitos por los que ha sido procesado son graves (fallo en la causa penal 188/2014).
Cabe señalar que Gallardo Cardona, hijo del también ex Alcalde Municipal del mismo Municipio de Soledad, Ricardo Gallardo Juárez, actualmente candidato a la Presidencia Municipal de la capital potosina por su partido político PRD, ya gozaba de una presencia política que no cualquier ex presidente municipal, inclusive cualquier político de México, goza tan fácilmente de suficiente presencia política y enorme reconocimiento ciudadano por parte de sus gobernados. En verdad es muy poco común que suceda lo anterior, y en aquel entonces este “precandidato” se sentía seguro de sí mismo, mientras que sus futuros contrincantes políticos lo vieron de la misma manera, seguro de sí mismo; por ello la piedra con la que tuvo que tropezar y tardarse en levantarse.
Lo anterior aunque lamentable para la familia Gallardo Cardona, esto fue en el mejor de los casos, ya que esto de las envidias políticas o la obsesión por el poder como ya lo señalaba, no tiene límites. Otro ejemplo relativamente reciente pero aún más triste y lamentable, el caso de la ex lideresa del PRI en el Municipio de Lagunillas, SLP, Cecilia Izaguirre Camargo (q.e.p.d.), donde el pasado mes de febrero del presente año, fue asesinada con armas de alto calibre cerca del Río Pinihuán, de dicho municipio. Hasta las últimas investigaciones, apuntaron a un móvil político.
Y así sucesivamente podríamos seguir señalando acontecimientos negativos en política, tanto a nivel nacional como a nivel local que sólo afectan a la persona y a su familia, como el caso de los videos en redes sociales con el escándalo de la candidata a gobernadora Sonia Mendoza Díaz, sea o no verdad es algo que a Ella exclusivamente le compete, y lo mismo si fuera un candidato del PRI, PT, PVEM, PRD, etcétera, etc., ¡No se vale! Estimados lectores, recuerden que mañana se llevará a cabo el segundo debate entre candidatos al gobierno de estado, no se lo pierdan, saquen sus conclusiones y dentro de un mes, corran y cuéntenselo a quien más confianza le tengan con su voto.

Hasta la próxima…