El Museo del Objeto del Objeto celebra un lustro de nostalgia

Buscando “lo artístico” en los objetos de la vida cotidiana, el Museo del Objeto del Objeto (MODO) se encamina a celebrar cinco años de vida, etapa en la que la nostalgia ha sido componente fundamental en sus exposiciones.
Visitantes como aquellos a los que les recorre esa nostalgia al ver cosas que tenían de pequeños en sus hogares o abuelos que se encuentran con objetos que utilizaban ellos mismos hace unos años les han hecho ver la “rápida” vinculación que se puede establecer con los artilugios.
“Nos hemos dado cuenta de que los objetos tienen una capacidad muy valiosa de conectar emocionalmente con las personas”, afirmó la directora Paulina Newman.
El acervo del museo se ha visto triplicado en estos últimos años; mientras que en su fundación partían con una colección de 40 mil objetos, hoy alcanzan los 120 mil.
Se muestran a través de exposiciones temporales, que plasman diferentes lecturas de la colección original —iniciada por el fundador, Bruno Newman—, mientras que también se exponen muestras realizadas en colaboración con otras instituciones.
El MODO ha arrojado durante estos años miradas sobre aspectos como la muerte, la estética femenina, el rock mexicano o la fotografía.
Algunas de ellas tan curiosas como la del Museo de las relaciones rotas, en la que se exhibieron objetos donados por personas con el “corazón roto”.
La primera de sus exposiciones temporales, Nostalgia de lo cotidiano, ya desvelaba una de las ideas que han ido reflejando este lustro: que incluso los elementos que nos acompañan día a día pueden formar parte de las vitrinas de un museo.
“Muchos objetos fueron hechos para ser perecederos, como empaques, envases o publicidad, pero por alguna razón subsistieron”, convirtiéndose en “testigos de la historia”, afirmó la directora.

Exposiciones, como la de diseño japonés que se expone actualmente, guardan un “tinte” del reflejo de la sociedad, porque “analizando un objeto te puedes dar cuenta de cómo se vivía”, dijo.