México está protegido contra volatilidad: SHCP

Washington.— Luis Videgaray Caso reconoció que desde que tomó el cargo como secretario de Hacienda y Crédito Público la crítica por su gestión sería muy activa, pero aseguró que es un aspecto saludable en un sistema democrático como el mexicano.

A más de dos años de estar al frente de la dependencia, los resultados en materia económica han quedado por debajo de lo esperado; sin embargo, el responsable de la política fiscal admitió que hoy el país se encuentra en una posición más sólida que otros mercados emergentes para enfrentar a la volatilidad financiera.

“Los servidores públicos tenemos la obligación de escuchar la crítica y aceptar que esa es la realidad y eso le conviene a México, que exista una sociedad crítica. Al mismo tiempo nuestra obligación es hacer nuestro trabajo.

“Entiendo y asumo la crítica como algo muy saludable en una sociedad democrática y un derecho ciudadano que debemos todos asumir a plenitud”, comentó en entrevista durante su participación en las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Destacó que si México hoy se distingue de otros mercados emergentes es por la implementación de políticas públicas enfocadas en preservar la estabilidad macroeconómica.

Destacó que ahora lo importante es implementar las reformas estructurales para que los cambios pasen de las leyes a la realidad, y tengan un impacto en el bolsillo de los mexicanos.

Aseguró que uno de los retos que tiene este gobierno es fortalecer la confianza de la ciudadanía, del empresariado y de inversionistas, esto a través de políticas públicas, transparencia y rendición de cuentas.

Sobre la inminente alza en las tasas de interés en Estados Unidos, reconoció que el fenómeno pegará a todos los mercados, incluido México; sin embargo, afirmó que se está preparado para contrarrestar de mejor forma los efectos que se generen por el cambio.

“No será una sorpresa, por lo que hemos tomado medidas con las distintas autoridades económicas para prepararnos lo mejor para este escenario.

“Esto no quiere decir que no va generar volatilidad, estos movimientos también se percibirán en los mercados mexicanos, pero creo que con respecto a otras economías emergentes estamos en condiciones de enfrentar estos escenarios de volatilidad”, dijo.

Tras darse a conocer el documento de Precriterios, ¿confía que las medidas que se anuncian en gasto público lidiarán con el complejo entorno económico que viene?

—Son medidas preventivas e importantes. A finales de enero anunciamos un ajuste de gasto relevante de 0.7% del PIB, que fue grande y que lo tomamos como una medida preventiva para evitar que tuviéramos un problema macroeconómico de inestabilidad.

Ahora, conforme lo que establece la ley, enviamos a la consideración de la Cámara de Diputados los Precriterios, que es un avance preliminar de cómo pintan las cosas para 2016. Anunciamos que de prevalecer las condiciones actuales estimamos un segundo ajuste al gasto para la elaboración del presupuesto 2016 y esto es consistente con lo que observamos en las variables, una de ellos es el petróleo, pero otras como las tasas de interés y las perspectivas de la economía mundial y nacional.

Los Precriterios son la estimación a partir de la información que tenemos hoy y no necesariamente implica que no pueda cambiar alguna cifra cuando se presente el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos de la Federación al Congreso en septiembre próximo.

Considerando los datos observados del PIB, ¿no sobreestimaron las expectativas de las reformas estructurales? ¿No es un buen momento de revisar su alcance en el mediano y largo plazos?

—Cuando hicimos el pronóstico actual, que es un rango de 3.2% a 4.2%, era plenamente consistente con el que tenían los analistas de mercado, del Banco de México, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial.

Nosotros revisamos el pronóstico cuando se publican las cifras trimestrales del PIB, esto será el próximo 21 de mayo, entonces lo revisaremos.

Hay factores que hacen a muchos analistas que tengan perspectivas más negativas, ya sea por la economía internacional o por la evolución de la industria petrolera, pero también vemos cifras que indican que la economía mexicana acelera su dinamismo; por ejemplo, las cifras del consumo privado son alentadoras porque han sorprendido al alza con respecto a lo esperado, pero nosotros no adelantaremos vísperas y seguiremos con nuestra metodología para que en mayo, una vez que sepamos la cifra del PIB, tomemos una decisión y, si es necesario, ajustar el pronóstico de crecimiento o no.

Pero, ¿en el mediano y largo plazos no sería bueno hacer una revisión? Parecen altos los pronósticos con relación a lo que anticipan en el Pronafide…

—Las cifras del Pronafide se hicieron con anterioridad. Cuando presentemos el Paquete Económico 2016 a la Cámara de Diputados, que por cierto será una nueva Legislatura, conforme a la obligación de ley, presentaremos estimaciones adelante.

Cuando se hacen previsiones, se hacen con la mejor información disponible en ese momento, pero hay que tomar en cuenta la fecha en la que se hacen las estimaciones y eso es algo que cualquiera que hace pronósticos económicos considera. Si tu ves como cambian los pronósticos del Banco de México o como cambian los de los analistas financieros de los bancos o casas de bolsa, se ve como también tienen una evolución en el tiempo.

Tomando en cuenta las cifras económicas de los últimos años, ¿considera que esta política de hacer más expansivo el gasto a través de un mayor déficit dio los resultados que esperaban?

—Sin duda le dio soporte a la demanda agregada en un momento en que entraba en vigor un nuevo esquema tributario. Un incremento a la recaudación tributaria en México o cualquier parte del mundo siempre genera, de manera temporal, una disminución en el gasto de empresas y consumidores, y el objetivo era darle un soporte a la demanda agregada y, por lo tanto, al crecimiento económico. Sabíamos que era algo transitorio, así que lo presentamos al Congreso y vamos a apegarnos a esa trayectoria con independencia de que hoy tenemos la caída de los precios del petróleo que nos lleva a ajustes adicionales, pero siempre fue diseñada para amortiguar los efectos de la entrada en vigor de la reforma hacendaria sobre la demanda agregada.

Hablando del esquema tributario, ya comentó que dadas las condiciones de la industria petrolera es difícil una revisión a los impuestos, pero ¿sigue abierta la posibilidad de que en esta administración haya una reducción, como ha sido la demanda del sector empresarial?

—El Acuerdo de Certidumbre Tributaria no excluye la posibilidad de que disminuyan los impuestos; sin embargo, el escenario internacional y, particularmente la reducción del precio del petróleo, hacen poco probable este escenario. Reducir la recaudación tributaria en un momento en que bajan de manera drástica los ingresos petroleros pondría en juego la estabilidad y ese valor que debemos preservar. Eso no quiere decir que en un futuro de esta administración pudiera ocurrir si las condiciones macroeconómicas y de ingresos nos lo permiten; es una posibilidad que no está excluida, pero en el corto plazo lo veo poco probable.

Habla de la estabilidad como un activo a preservar. Las finanzas públicas al primer bimestre reflejaron un incremento del déficit tres veces mayor que en 2014, ¿esto no es un factor de preocupación?

—La estacionalidad cambia porque el año pasado tuvimos la entrada en vigor de la reforma hacendaria y también porque el ritmo del gasto fue diferente. Nunca hay que medir las finanzas públicas a partir de un bimestre. En principio tienen una gradualidad y las cifras del balance público son consistentes con las metas que autorizó el Congreso, pero hay muchos factores estacionales que afectan, y más con la reforma hacendaria, que hacen poco comparable un bimestre contra otro. Hay que comparar año contra año y ahí el resultado de las finanzas públicas será consistente con lo aprobado.

Pemex reportó pérdidas por más de 130 mil millones de pesos al primer bimestre de este año. ¿Con esas cifras se puede competir contra otras empresas cuando el mercado petrolero en México ya se abrió?

—Todas las empresas petroleras en el mundo registran pérdidas. El balance de Pemex refleja que es una empresa petrolera en un entorno en el que el producto que vende cayó de precio 50%. Si uno ve los estados financieros de las petroleras pequeñas, medianas o grandes, todas reflejan resultados negativos por la caída abrupta del precio del petróleo. Lo importante es que, tras la reforma energética, Pemex es una empresa y ya no una dependencia del gobierno y debe actuar como tal, como las del resto del mundo que en estas condiciones recortan su gasto.

Eso significa que en los años de altos precios del petróleo se generen utilidades y que la empresa las conserve o las reinvierta, que es algo que no ocurría con el régimen anterior, pero que también cuando son años de bajos precios respondan como lo hace cualquier empresa, que es recortando sus gastos y siendo más eficiente.

Este es el primer año en que Pemex es una empresa productiva del Estado, las decisiones las toma el consejo de administración y lo que observamos tanto en el balance financiero como en las decisiones es lo que observamos en las empresas petroleras del mundo.

Y además del entorno de bajos precios del petróleo, ¿el país se encuentra preparado para el momento en que la Reserva Federal estadounidense decida hacer el inminente ajuste de sus tasas de interés?

—México es de los países que más ha hecho para prepararse, acumulando reservas, con una línea de crédito flexible, un bajo nivel en el déficit de cuenta corriente, las finanzas públicas están en orden, el déficit público se reduce, tenemos un banco central con una gran credibilidad en el mundo, hemos cubierto nuestras necesidades de financiamiento externo con la reciente emisión de bonos en el mercado europeo, que significa que ya no tenemos que salir al mundo a solicitar más recursos durante el resto del año.

Todo esto lo hemos hecho preparándonos para un escenario que es probable. Nadie sabe con certeza cuándo y cómo van a subir las tasas de interés en Estados Unidos, pero hay consenso que es algo que va ocurrir y tendrá un efecto en la economía mexicana.

No será una sorpresa, por lo que hemos tomado medidas en las distintas autoridades económicas para prepararnos. Esto no quiere decir que no va a generar volatilidad, estos movimientos también se percibirán en los mercados mexicanos, pero creo que con respecto a otras economías emergentes, estamos en condiciones de enfrentar estos escenarios de volatilidad.

Cambiando de temas, usted respondió al tema de la casa de Malinalco que está tranquilo y que está abierto a la investigación. ¿Este tema pegó a su reputación?

—Es un tema del que he hablado en distintas ocasiones y que está sujeto ya a una investigación de la Secretaría de la Función Pública y no tengo más que agregar a lo que he dicho.

¿El gobierno se encuentra en medio de una crisis de confianza?

—Uno de los retos fundamentales que tiene el gobierno mexicano, y que por cierto aquí lo vemos con mucha claridad en el entorno internacional, es fortalecer la confianza de la ciudadanía, del empresariado, de la comunidad inversionista, y esa es la prioridad del gobierno mexicano. Lo ha dicho el presidente y lo he expresado yo también, que debe ser una prioridad fortalecer la confianza a través de consistencia en la política pública, en la transparencia y la rendición de cuentas.

A la luz de los resultados económicos de los dos últimos años y lo que va de este, analistas, líderes de opinión han cuestionado mucho estos temas. Han sido varias voces críticas por lo que ha sucedido en la economía. ¿Usted qué dice de ello?

—México es una democracia muy plural donde cualquier servidor público debe asumir desde el primer día que va a existir una crítica muy activa, es parte de la naturaleza de una sociedad abierta, plural y de un sistema democrático. Los servidores públicos tenemos la obligación de escuchar la crítica y aceptar que esa es la realidad y le conviene a México que exista una sociedad crítica. Al mismo tiempo, nuestra obligación es hacer nuestro trabajo.

Yo trabajo todos los días para mi país cumpliendo las instrucciones del Presidente. Entiendo y asumo la crítica como algo muy saludable en una sociedad democrática y un derecho ciudadano que debemos asumir a plenitud.

¿Qué retos y desafíos quedan para usted en esta gestión, justo cuando el entorno económico que se avecina parece ser más complejo?

—El primer tema que debe estar en la política económica y que es la prioridad que nos ha marcado el Presidente es preservar la estabilidad ante el entorno de gran volatilidad, caída del precio del petróleo y en general el reto que representa la economía internacional. Hoy debemos valorar la estabilidad que tenemos en México, la baja inflación, las bajas tasas de interés, una economía que crece, que genera empleos formales, y eso es lo que debemos preservar, ese es el reto más importante que tenemos en este momento de gran complejidad a nivel internacional.

En segundo lugar, la implementación de las reformas estructurales que hoy distinguen a México y elevan la confianza en el país. Esto genera optimismo en el entorno internacional respecto al desempeño de la nación. Ahora estas reformas que ya fueron aprobadas deben ser implementadas y debemos pasar de los cambios de ley a los cambios en la realidad.

Es lo que hacemos y vemos signos alentadores de que las reformas tienen impacto en la vida de la ciudadanía, en la ampliación del crédito, la reducción de costos de larga distancia, disminuciones en tarifas de luz eléctrica, pero es un proceso que debe continuar.