El suicidio ayer del senador socialista y ex alcalde de Tours, Jean Germain, cuando iba a comenzar su juicio por malversación de fondos en el caso de las “bodas chinas”, ha reabierto el debate en Francia sobre los juicios paralelos de la opinión pública, especialmente contra políticos.
Con el suicidio hace 22 años del ex primer ministro francés Pierre Bérégovoy en la memoria, Francia lamenta la muerte de un personaje muy popular en su ciudad natal, de la que fue alcalde durante casi dos décadas hasta el año pasado. Germain se disparó en la cabeza con una escopeta, pero antes dejó una carta en la que defendía su inocencia. “No podemos dejar que la caza sistemática de políticos prosiga con normalidad a diario”, escribió en la misiva.
La desazón de Germain tenía su origen en el pintoresco caso de las llamadas “bodas chinas”, una iniciativa turística del regidor por la que parejas chinas contraían enlace ficticio en la ciudad del Loira. Entre 2007 y 2011 decenas de turistas chinos vivieron su luna de miel en Tours y sus alrededores tras ser “casados” por el alcalde.
Detrás de las “bodas chinas” estaba una joven de origen taiwanés contratada por el alcalde como enlace con China, y que es la principal acusada de malversación de fondos públicos que se le achacaba, en calidad de cómplice, a Germain.