Homero Aridjis se define como un poeta ambientalista

La mujer, el erotismo, el amor y la naturaleza han sido los temas que atraviesan la obra, tanto poética como en prosa, de Homero Aridjis (1940), quien se autodefine como “poeta ambientalista”.
“Me acerco a la ecología como me acerco a la poesía de la vida. La defensa de la naturaleza es la defensa de la vida. Además de todo lo que uno hace, se debe tener compromiso con la vida”, afirma en entrevista. Quien nació, de padre griego y madre mexicana, en un pueblo pequeño de Michoacán, Con-tepec, acepta que su percepción de la ecología ha señalado su vida y que se ha acercado a la naturaleza como poeta.
“Empecé a leer y a escribir casi desde la adolescencia y la mariposa monarca, que llegaba al pueblo en noviembre, invadiendo prácticamente sus calles, forma parte de mi memoria de niño. Yo escribía mientras daba paseos por el cerro Altamirano, donde se posaba la monarca. Siempre he sido un hombre que camina”, explica.
En ese andar, Aridjis ha escrito 47 libros de poesía y prosa, pero no por eso deja de celebrar que este 2015 coinciden en librerías dos títulos emblemáticos: la edición conmemorativa por los 50 años del poemario Mirándola dormir (FCE) y el relato infantil María la Monarca (Castillo/Conaculta). El poeta, novelista y diplomático mexicano recuerda que tenía 24 años cuando escribió Mirándola dormir, que en 1964 obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia al mejor libro del año, convirtiéndose en el escritor más joven en recibirlo.
“Es un libro emblemático de mi poesía y mi prosa. Nació con buena estrella. Fue mi entrada a la literatura por la puerta grande. En la entrega del premio, que fue en Galerías Excélsior, ubicadas al lado del periódico, estuvieron entre el público Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Tito Monterroso. Fue abrumador. Me aplaudieron mucho y yo era tímido.

“Agustín Yáñez, entonces secretario de Educación Pública, me dijo que se lo había llevado al Oriente en una gira y que se los regaló a varios integrantes del gabinete de Adolfo López Mateos. Era cuando los políticos leían”, narra.

El jurado del Villaurrutia ese año lo conformaban Octavio Paz, Carlos Pellicer, Rodolfo Usigli y Francisco Zendejas, destaca. Y luego Paz escribió una carta de reconocimiento, en la que afirmaba que “en la poesía de Aridjis hay la mirada, el pulso del poeta (…), la palabra plena y la conciencia de la oquedad de la palabra; hay erotismo y también amor”.

Confesión histórica

Aridjis recuerda que, por este poemario, Marco Antonio Montes de Oca lo declaró su enemigo número uno. “Cuando le pregunté por qué, me dijo ‘porque tú has escrito un libro que yo hubiera querido escribir borracho, drogado, y luego suicidarme, morirme, pero tú lo has escrito y no te lo perdono. Sé que es candidato al Villaurrutia y te lo voy a bloquear’, me advirtió, pero afortunadamente no lo logró”, añade.

Y se anima a hacer, por primera vez, una confesión. “Otro de los candidatos al premio era Carlos Fuentes. No recuerdo si por Las buenas conciencias o La muerte de Artemio Cruz.

“Años después, Carlos me dijo: ‘Oye, por quién votó Octavio en el Premio Villaurrutia’. Le respondí que no sabía. Él agregó ‘votó por ti’. Yo sabía que Usigli había votado en mi contra, que Pellicer me había apoyado, pero de Paz no lo supe con certeza. Ya en el año 2000, Carlos me volvió a preguntar. Le seguía preocupando, porque para él era una cosa de lealtad literaria, pues Paz era su amigo. Pero sigo con la duda”.

Eso ratifica que le fue bien a Mirándola dormir y que fue acertada la decisión de Aridjis, según cuenta, de pedir a Zendejas en 1963 que retirara la candidatura de su poemario Antes del reino al ver que ese año optaban por el galardón Elena Garro, por Los recuerdos del porvenir, y Juan José Arreola por La feria, su maestro en el Centro Mexicano de Escritores.

“Me sentía incómodo competir con Arreola, sobre todo que tenía muchos años de no publicar nada. Ese año lo ganaron los dos y en 1964 lo gané yo solo”.

Amor a la naturaleza

El autor de Perséfone, consciente de que nunca podrá escribir igual poemas de amor y erotismo que como a los 24 años, ha explorado, en el relato infantil y la novela, temas relacionados con el medio ambiente.

“Ya no se ve como a los 24 años el descubrimiento de la mujer. Eso es irrepetible. Uno debe escribir según las etapas de su vida. No puedes quedarte a escribir de la misma manera, porque te repetirías. Ya no es la misma frescura o el mismo temblor hacia el amor”, admite.

Por eso, el fundador en 1985 del ambientalista Grupo de los Cien ha recreado historias de criaturas como la mariposa monarca, la ballena gris, las tortugas marinas, el tráfico de loros y los perros callejeros, preocupado y fascinado por ellos.

El caso de María la Monarca, ilustrado por Juan Palomino, es especial, porque, señala el poeta, evoca su infancia al narrar la historia de dos niñas que luchan contra los bandidos que quieren destruir el entorno del santuario de estas mariposas.

Con el apoyo de su familia y con la guía de María la Monarca, las pequeñas encontrarán la manera de defender esa tierra “tan cercana a su corazón”.

Además de un cuento, el libro que se presentará mañana en el Centro Cultural Elena Garro entrega al final información científica sobre la monarca.

Aridjis dice que este es un ejemplo de lo que le gusta hacer. “Me siento muy bien, porque ahora estoy libre. Es la mejor manera de sacudirte el temporal y las tormentas que están azotando a México y, en especial, a Michoacán”, concluye.

El poeta planea viajar el próximo 14 de abril a Londres, donde presentará la traducción al inglés de su libro Tiempo de ángeles; luego visitará, en Francia, al poeta Yves Bonnefoy, sobre cuya obra acaba de publicar El artista del último días.

¿Dónde y cuándo?

María la Monarca, de Homero Aridjis, se presentará mañana sábado, a las 12 horas, en el Centro Cultural Elena Garro (Fernández Leal 43, barrio de La Concepción, en Coyoacán).