David Hockney trae su rompecabezas

Sobre un cuaderno de dibujo, David Hockney (Bradford, Inglaterra, 1937) trazó el contorno de un enorme árbol en medio de un bosque, cercano a su casa en Bridlington, al este de Inglaterra. Luego amplió el dibujo en una fotocopiadora, y encontró que podía crear una pintura monumental del paisaje boscoso.
El proyecto inició con unos cuantos óleos, pero en apenas unos meses produjo 50 paneles los cuales hacen una pintura de 12.25 por 4.95 metros como si se tratara de un rompecabezas que juega con la perspectiva, la profundidad, la luminosidad y el color de una obra que Hock-ney deseaba para un muro de la Real Academia de Artes de Londres.
Se trata de Bigger Trees Near Warter Or/Ou Peinture Sur Le Motif Pour Le Nouvel Age Post–Photographique (2007), la obra más grande en la producción del artista que se presenta por primera vez en México dentro de Landscapes of the mind. Paisajismo británico. Colección Tate, 1690-2007, a inaugurarse en el Museo Nacional de Arte (Munal) la próxima semana.
Más allá de la monumen-talidad, la pintura destaca por el proceso creativo casi artesanal en el que Hockney hizo un boceto para cada uno de los paneles, y conforme terminaba cada fragmento lo fotografiaba para trasladar a un programa digital e ir construyendo un mosaico del paisaje en computadora. El artista, quien contribuyó al movimiento de Arte Pop en la década de 1960, no vio la pintura terminada hasta que se montó en la Real Academia de Londres en 2008; luego donó la obra a la Tate Britain.
Con este ejercicio el artista volvió a la práctica de la pintura al aire libre de inicios del siglo XIX que promovió la Escuela de Barbizon en Europa, pues salió todos los días al bosque a copiar el paisaje real, y volvía a su estudio para retocar la pieza. Así contradijo la llamada muerte de la pintura en pleno siglo XXI. Se suma la conjugación del óleo y la fotografía, pues si bien el producto final es una pintura, la instantánea digital representa una figura primordial en el proceso.
A ello refiere el título alternativo de la obra el cual hace evidente el diálogo de métodos tradicionales con herramientas tecnológicas, que caracteriza la práctica de Hockney de los últimos 25 años. “En esta obra hay una síntesis en la creación del artista, nos muestra que la pintura es vigente y la podemos ver con un trabajo que compila diferentes aspectos de la creación como la tecnología y el ejercicio al aire libre.
Pero al final tiene toda la gestualidad de un artista que conoce a los grandes maestros y enseña que el trabajo de un artista está en su pulso”, opina Agustín Arteaga, director del Munal, al recordar que la exposición está organizada por Tate Britain en el marco del Año Dual México-Reino Unido.
La composición de la pintura presenta en un primer plano una secuencia de árboles, y del lado derecho deja ver una par de casas naranjas que parecieran tener continuidad en el camino que traza en el lado izquierdo. Con ello plantea un juego de perspectiva que incluso si una persona se coloca enfrente pareciera entrar o salir de la escena.

La luz entra por la parte superior que si bien representa un cielo nebuloso, gran parte quedó en blanco justo para enfatizar la luminosidad del paisaje, describió Arteaga al definir la pintura como complicada en su constitución por contener también formas geométricas.

“Hay una perspectiva de fuga que hace que la composición hacia los extremos se extienda y se forma un primer triángulo, luego el gran árbol del centro crea un triángulo en una forma invertida y con ello se produce una obra que podría pensarse de carácter gráfico con mucha dinámica y profundidad. Lo interesante es cómo un artista pop hace uso del gesto, la aplicación a pincel, el uso de la espátula, los campos de superficie y los espacios de vacío”.

Aun cuando el paisaje, en particular los árboles, es un tema recurrente en la obra del también escenógrafo trabaja lo mismo con retrato, pintura figurativa, grabado y diseños para escenografías que ha producido con diferentes técnicas desde la fotografía en polaroid hasta la impresión de grabado.

De las escenografías se reconoce el trabajo para el Metropolitan Opera House, la Royal Opera House en Londres y el diseño que en 1994 produjo para la escenografía de 12 óperas para Operalia con Plácido Domingo en la Ciudad de México.

Claudia Barragán, jefa de del Departamento de registro y exposiciones del Munal, detalló que los paneles llegaron en nueve cajas, y luego de esperar 24 horas para que se aclimataran, se montaron en una suerte de rompecabezas: se inició con la sección inferior como guía para el resto del paisaje.

“Todos estos óleos tienen un poco de diferencia entre uno y otro, entonces es un trabajo de ir armando poco a poco. Se hizo con un equipo de museografía de seis personas y un técnico que viene de la Tate Britain, y utilizamos grúas.

“Lo interesante es cómo a través de los fragmentos que va construyendo en un proceso, pone ciertas interpretaciones del paisaje. La idea del montaje es que el espectador tenga la sensación de estar en el mismo espacio donde David vio la obra, en el bosque”.

Hockney, cuya obra pertenece a colecciones como la del Centro Pompidou de París o el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, es considerado el artista británico vivo fundamental para entender la pintura de la segunda mitad del siglo XX en Inglaterra, lo que podría ser, en términos generacionales, Rufino Tamayo para el relevo de la Escuela Mexicana de Pintura.

¿Dónde y cuándo?

Landscapes of the mind. Paisajismo Británico. Colección Tate, 1690-2007 se inaugura el 25 de marzo a las 19 horas en el Museo Nacional de Arte (Tacuba 8, Centro).