Arqueólogos hallan arco completo del Ejército de Terracota

Un equipo de arqueólogos ha descubierto en el famoso yacimiento del Ejército de Terracota un arco de más de 2 mil años que, según los expertos, está más avanzado que otros de esa época y podría haber sido el «arma secreta» con la que el emperador Qin Shihuang (221-207 AC) logró unificar China por primera vez.

El arco encontrado, señala hoy la revista Chinese Business View, mide 1.3 metros y podía disparar flechas a más de 800 metros, un alcance superior al de modernos rifles de asalto, lo que probablemente permitió que el ejército de Qin, el primer Emperador cuya tumba «guarda» el Ejército de Terracota, venciera casi todas sus batallas.

El jefe de las excavaciones en el yacimiento situado a las afueras de la antigua capital imperial deXianShen Maosheng, subrayó que el descubrimiento de un arma tan «sofisticada» para la época es emocionante para los arqueólogos, porque podría revelar el hasta ahora secreto de los rápidos éxitos militares de Qin.

Qin Shihuang, líder de uno de los siete estados que en aquella época había en la actual China, consiguió vencer y conquistar a los otros seis reinos rivales y crear el que los historiadores consideran el primer imperio de esta civilización, con tierras que abarcaban desde el río Amarillo a las costas del sur del país.

El arco encontrado en el yacimiento arqueológico, junto a uno de los famosos soldados de arcilla, no es el primero que hallan los arqueólogos, pero sí es el único completo, lo que ha permitido a estos expertos calcular por fin su alcance.

Antiguas crónicas históricas chinas ya hablaban de poderosos arcos del ejército del emperador Qin que causaron gran número de víctimas entre sus enemigos, pero hasta ahora aún no se habían descubierto pruebas físicas de esos relatos.

El Ejército de Terracota, descubierto en 1974 por campesinos locales, fue considerado uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX.

Hasta el momento se han descubierto unos 7 mil soldados, caballos y carros, que acompañaban y guardaban simbólicamente la tumba del emperador Qin en el otro mundo, aunque se cree que el número que siguen enterrados podría ser mucho mayor.