Se agrava la situación de pobreza de las mayorías, acusan

La inicua sobreexplotación de la riqueza natural y de la fuerza de trabajo ha sido protegida hasta ahora desde las instituciones de gobierno por los grupos de poder político y los partidos que han cedido a la corrupción, sin que el alto costo social les importe, al anteponer el interés del dinero por encima del interés de la ciudadanía en su conjunto.

Así lo advirtió el doctor Alejandro Villamar, al abordar los riesgos que se desprenden del modelo económico impulsado por la corriente economicista en boga: el neoliberalismo introducido en México por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

El doctor Villamar, convocado por el FAO para exponer sobre los efectos del capitalismo salvaje, en el marco del XIV Festival Cultural de Cerro de San Pedro, que resultó afectado por el brusco cambio climático, alertó sobre la conducta depredadora del capital salvaje y el sometimiento a sus intereses, por encima de la ley y de los derechos humanos, de los gobiernos y las instituciones públicas, una dinámica de la que no escapa el gobierno de San Luis Potosí.

Las administraciones públicas, los políticos y los partidos se han puesto al servicio del poder corruptor de los grandes capitales, aún conociendo su capacidad de depredación, tergiversando la realidad, falseando las estadísticas y emitiendo discursos mentirosos y cínicos que hablan de prosperidad, de franca recuperación, cuando la economía nacional y la de los trabajadores se ha vuelto característicamente regresiva.

Villamar observó que desde 1976 el poder adquisitivo de la mayoría nacional mexicana no ha crecido y, antes bien, ha retrocedido, agravando la situación de pobreza de las mayorías; para controlar la protesta y el reclamo, el capital y sus aliados gubernamentales han multiplicado y extendido los aparatos de represión e, incluso recurren abiertamente a la criminalidad, hostigando, torturando, desapareciendo y asesinando a los liderazgos de la resistencia social.

El investigador hizo notar que en los últimos 30 años, el poder adquisitivo de los trabajadores ha caído drásticamente, pero también han caído los precios internacionales del oro, la plata, el petróleo; lo que en el caso de los minerales, ha llevado a la construcción de una economía de simulación, una economía parásita y depredadora, especuladora, como en el caso de la minería.

Las mineras, que se han extendido en el país, no son capaces de explicar cómo sobreviven de la actividad extractiva, toda vez que el costo de la extracción en más alto, hasta el 25 por ciento, que el precio del producto en el mercado. La explicación es esta: viven de la especulación, del engaño.

En el caso del petróleo dijo que el costo de la extracción de un barril en Texas es de 75 dólares, pero el precio del petróleo refinado en el mercado internacional es ahora de 51 dólares (tipo Brent, el más cotizado).

Esta simulación representa más costos que el meramente económico-financiero, porque hay que analizar los efectos de esta economía-ficción en el medio ambiente, en el consumo abiertamente dispendioso y estúpido e los recursos naturales, finitos, limitados, incapaces de reproducirse.

Esto nos conduce a una crisis multiarística que hay que reconocer y afrontar: económica, social, ambiental, ética, moral, legal, de derechos humanos y nos lleva a un escenario de criminalidad, aseveró el experto.

Afortunadamente, dijo, paralelamente a esto, han venido creciendo en México y el mundo los movimientos de resistencia social; a pesar de que el capital depredador no duda en acudir a métodos de exterminio masivo, como la guerra, a la persecución, la desaparición forzada y el asesinato, para tratar de preservarse, advirtió.