Tras del paso de la WTA por Monterrey y el desdén de Ana Ivanovic por conservar su única corona que tenía segura, con la consecuente desilusión de un público ávido de tenerla como reina, la 40 edición de Indian Wells dará inicio este miércoles 11 de marzo en la rama femenina y un día después, en la masculina. El máximo certamen tenístico de California, E.U. el primero de los nueve torneos ATP y WTA World Tour Masters 1000, que reparte una bolsa de 5, 381,235 de dólares, y al que se espera una asistencia superior a las 370,406 personas del año pasado, ha sido considerado como la convenenciera razón por lo que la Ivanovic aventara el Abierto de Monterrey y que, en Acapulco, la reina Sharapova hiciera lo propio, alegando enfermedad.
Pero ante la realidad de los intereses creados, por encima de la belleza y el talento, de unas diosas vencidas intencionalmente para evitar su desgaste en un par de humildes Masters 500 mexicanos ante el primero de categoría 1000 en California, emerge con su majestad kitsch la número 1 Serena Williams. La reina negra del tablero tenístico ocupa de nuevo los titulares deportivos, no para mostrar su hegemonía, sino para concederle la gracia al Indian Wells de regresar a sus canchas tras de 14 años de ausencia.
La historia no es tan conocida. La prolongada ausencia de Serena en el certamen tiene que ver con lo que ocurrió en 2001, cuando ganó por segunda vez el título. En el duelo de semifinales en el que debía enfrentar a Venus, su hermana, esta no se presentó por una tendinitis. En la final, Serena fue abucheada. Y por considerar que recibió agresiones racistas, la oriunda de Michigan decidió no participar más del torneo. «Las falsas acusaciones de que nuestros partidos estaban arreglados dolieron y nos desgarraron profundamente por dentro. El trasfondo de racismo fue doloroso, confuso e injusto», criticó la ganadora de 19 Grand Slams. «A lo largo de toda mi carrera, la honradez lo fue todo para mí. También lo es todo y más para Venus», escribió Williams. Y agregó que «en un deporte que amo con todo mi corazón, en uno de mis torneos favoritos, de repente me sentí molesta, sola y asustada», recordó. Por último, agregó: «Soy afortunada por estar en un punto de mi carrera en el que no tengo nada que demostrar».
«Estoy tan motivada como siempre, pero el viaje es más fácil. Juego por el amor a este deporte», señaló la menor de las Williams, de 34 años, en un texto escrito en primera persona para la revista «Time». «Y es con ese amor en mi mente y con una nueva comprensión del verdadero significado del perdón que volveré orgullosa a Indian Wells en 2015», agregó la número uno del mundo.
Ocho mujeres han ganado el título de Indian Wells en dos ocasiones, pero nunca hubo una tres veces campeona. En esta edición, Serena Williams (1999 y 2001), Maria Sharapova (2006 y 2013) y Daniela Hantuchova (2002 y 2007) van en busca de la nueva marca. En contraste, cuatro Top 25 estarán ausentes. Petra Kvitova dedicará su tiempo a una recuperación física tras declarar estar exhausta por este comienzo de temporada; Venus Williams mantendrá su boicot al evento y Dominika Cibulkova se someterá a una operación en el talón de Aquiles izquierdo. Tampoco acudirá Shuai Peng, quedando en damas desierta la representación asiática. Por enésima vez, el tenis femenil de Latinoamérica únicamente tendrá a la puertoriqueña Monica Puig en el torneo.
NOVEDADES EN RAMA VARONIL
En Indian Wells, entre los caballeros, Marin Cilic pisará las canchas por primera vez en 2015 y lo hará por duplicado, dado que también jugará dobles junto a Juan Martín del Potro, quien irá lentamente en su retorno y no estará en individuales. Ambos campeones también dejaron Acapulco vestido y alborotado. Del Potro incluso, solo para devengar su sueldo sin jugar, se presentó en el puerto mexicano a compartir con los niños y dar conferencias.
Con auténtica majestad, Roger Federer, en su decimoquinta participación en el certamen californiano, está a sólo tres triunfos de conseguir su victoria 50 en el evento, del que supo ser campeón en 2004, 2005, 2006 y 2012. El hoy número 2 del mundo, finalista en Indian Wells el año pasado, lograría esta marca por primera vez en un Masters 1000 y por quinta vez en un torneo, luego de conseguirlo en los cuatro Grand Slam: Australia (75), Roland Garros (61), Wimbledon (73) y US Open (72).
Entre Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal se reparten diez de los últimos once títulos de Indian Wells, con el suizo como máximo ganador del torneo, con 4. La excepción estuvo a cargo de Ivan Ljubicic en 2010. Los últimos tres torneos, además, repartidos. El serbio llega como defensor del título, mientras que el español buscará recuperar su trono de 2013, mientras que Federer quiere volver al festejo tras la final de 2014 (ante Djokovic) y los cuartos de 2013 (ante Nadal).
Diez jugadores latinos estarán presentes en la edición 2015 de Indian Wells, con el uruguayo Pablo Cuevas, el colombiano Santiago Giraldo y el argentino Leonardo Mayer, héroe para su país en Copa Davis, como cabezas de serie. Completan la nómina los argentinos Diego Schwartzman, Federico Delbonis, Juan Mónaco y Carlos Berlocq, el dominicano Víctor Estrella y el brasileño Thomaz Bellucci.
RECUERDO DE UN CRIMEN NO CONSUMADO
Tan dados los norteamericanos a partidos de exhibición, este martes 9 se llevó a cabo la octava edición de partidos show de campeones de ayer y hoy en el Madison Square Garden de New York. Federer, fue el encargado de abrir la acción frente a Dimitrov, diez años menor y a quien conoce desde hace siete temporadas. «No podía creer cómo jugaba por lo similar que era a mí», destacó el suizo, en conferencia, en relación al parecido que vio la primera vez que practicó junto al búlgaro, cuando éste tenía 16 años. Además, al Grigor le hace falta sacarse la espina de Acapulco, donde un Ryan Harrison venido de la qualy lo echó en segunda ronda.
Por las damas, la exhibición fue a costa de dos campeonas retiradas: Gabriela Sabatini y Monica Seles. La excelente relación entre ellas, más allá de la buena comunicación que tenían en el circuito, se fortaleció en 1995, cuando la ex number one del mundo intentaba su regreso al tenis tras haber sido apuñalada en una cancha de tenis en 1993. Sabatini fue la única que veía con buenos ojos que el regreso de Seles debía de ser con ranking protegido, ya que las otras 21 jugadoras de la época, convenencieras como siempre, pedían dejar a la inercia su puntaje.
El 30 de abril de 1993, en Hamburgo, mientras disputaba un partido a Magdalena Maleeva, un fan perturbado que no soportaba ver a su idolatrada Steffi Graff en segundo plano, aprovechó un descanso entre juegos para saltar a la pista y acuchillar por la espalda a Monica. La herida no fue grave, pero sus secuelas, mayormente mentales, pusieron fin a la carrera más prometedora del tenis femenino moderno.
En una carta dirigida al tribunal que enjuiciaba a su agresor, Monica decía: «Sólo quiero justicia. Ese ataque cambió mi vida de manera irreparable y frenó mi carrera. Aunque ese hombre fracasó en su intento de matarme, logró destruir mi vida».
Tras más de dos años de tratamiento y una recuperación imposible, Monica volvió a jugar en 1995, en un partido de exhibición contra Navratilova. Ese año ganó el abierto de Canadá, ganando al año siguiente el Open de Australia y otros cuatro títulos más. Pero su forma física dejaba mucho que desear y ahora tenía que ceder el paso ante jugadoras a las que dos años antes habría barrido. Aun así, siguió compitiendo hasta completar una carrera de 53 títulos, el último de ellos conseguido en Madrid 2002. Un año después se retiraba. Hoy, en duelo de exhibición con su mejor amiga, Seles viene conjurar el olvido.