Profesor pagaba favores sexuales a sus alumnos

En 2013, cuando Ernesto Gurrola Valenzuela era director de una primaria de San Luis Río Colorado, fue detenido después de ser hallado desnudo en el interior de un automóvil con un menor con discapacidad motriz, sin embargo, quedó libre tras pagar fianza y las autoridades educativas lo enviaron como director de otra primaria, pero ahora en el municipio de Baviácora.
Dos años después, Gurrola está acusado de abusar sexualmente de cinco niños más, de los cuales tres madres de familia ya interpusieron una denuncia ante la Agencia del Ministerio Público de Aconchi el pasado 26 de febrero.
Cuando fue detenido el 29 de mayo de 2013 por policías municipales de San Luis Río Colorado, se le encontró con un menor de 14 años, que era alumno de la primaria Esther Miranda, donde ocupaba el cargo de director.
La aprehensión se derivó tras la denuncia de la madre del menor afectado, quien se percató de que su hijo salía por las noches y volvía con dinero.
Sin embargo, luego de pagar una fianza, Gurrola Valenzuela quedó en libertad.
Posteriormente, fue orientado por sus líderes sindicales para que se cambiara de ciudad y evitara el acoso de la prensa; al siguiente ciclo escolar, en septiembre de 2013, inició con su nueva responsabilidad en el plantel de esta ciudad.
Aquí fue descubierto hace 15 días, luego de que una niña de sexto grado buscó su nombre en internet y vio las notas relacionadas sobre el caso.
Entonces los padres empezaron a poner más atención y notaron que su modus operandi lo repitió en esta comunidad sierreña de Baviácora, debido a que algunas madres se percataron de que sus hijos volvían a casa mostrando un comportamiento inusual. Una de las madres afectadas relató que un vecino le avisó que el director de la escuela sacaba a escondidas a los menores para llevarlos a algún lugar hasta ahora desconocido. “No sabemos hasta dónde llegó con nuestros niños porque un grupo de sicólogos del Sistema DIF Sonora los está atendiendo y definiendo qué tanto los dañó el director”, lamentó.
La entrevistada señaló que desde hace ocho días se reunieron para exigirle una explicación al director sobre su comportamiento y éste, sin mediar palabra, exclamó: “pasemos a la reparación de los daños”.
Los padres de familia viven atemorizados por la actitud del docente y por las frecuentes amenazas del gobierno de Sonora para que no ventilen el caso a los medios de comunicación.
Ernesto Gurrola Valenzuela tiene 53 años y es originario de Suaqui Grande, tiene 28 años al servicio del magisterio.
Dice que los niños mienten, que no pasó nada de lo que tenga que avergonzarse, aunque reconoce que sí sacó a los niños de la escuela, con lo cual viola el reglamento.
A uno de los niños, asegura, lo llevó con su madre a pedirle la llave de su casa para que se cambiara el pantalón porque se le rompió. “También acompañé a niños que se sentían mal, a atención médica, y a otro lo llevé a reclamar fondos del Río Sonora por la afectación de la parcela escolar”.
Madres de familia lo acusaron de cometer acciones deshonestas con sus hijos en la dirección, a lo cual contestó que sacó a alumnos “especiales” de sexto grado que tenían indisciplina, y necesitaban mayor atención.
Dice que padres de familia y alumnos lo comenzaron a mirar con otros ojos “desde que a una niña se le ocurrió meterse en internet y poner mi nombre, sale el caso de San Luis en una nota totalmente falsa, la vio, le dijo a su mamá y ahí empezó todo”. Hoy tiene una orden de alejamiento por parte de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) y tomó la decisión personal de solicitar licencia sindical sin goce de sueldo, a partir del primero de marzo.
Yo me siento seguro, expresó Gurrola Valenzuela, al referir que sigue en el municipio para aclarar las cosas, “porque si estuviera mal yo me hubiera ido porque sé que es algo delicado y si alguien se siente afectado o lesionado por esta mala interpretación ofrezco una disculpa”, expresó.
El supervisor de la zona 11, Rafael Páez Castelo, responsable de cada una de las primarias estatales del Río Sonora, informó que al director se le pidió que no acuda a la escuela pero que esté pendiente, en tanto se designa a un suplente.
“Mientras el maestro no responda a la acusación, jurídicamente es imposible que se le despida, pero por supuesto que ya no está al frente de los alumnos”, justificó el funcionario.
Hasta ahora, enfatizó, se desconocen los términos legales de la demanda, por lo que esperan los detalles del expediente para respetar los derechos de alumnos y el maestro acusado.
Para el funcionario, es preferible que este caso no se dé a conocer en tanto no se emita una resolución judicial.
Una madre relata que, luego de que su hijo le confesó que era uno de los niños abusados por el director, lo llevó al Ministerio Público y al leer la declaración ministerial se enteró de lo que pasó.
Fue muy duro, el niño apenas pudo declarar, porque le decía que lo podía expulsar y le daba hasta 30 pesos diarios y una cuenta abierta en la cooperativa de la escuela.
El maestro llegó a sacar a su hijo, y el día 6 de enero le regaló un celular con su consentimiento, porque ella no sospechó que algo estuviera pasando.
“Cuando me enteré, me dio mucho dolor y cada vez que empiezo a echar para atrás, pienso como cambió, siempre fue hiperactivo, y de repente llegaba y se dormía en el sillón”.
Recordó que en una ocasión le llevó a su hijo al trabajo y le dijo que le dolía el estómago por no desayunar, y ella le dijo que se lo dejara, pero el director le contestó que lo tenía que llevar al centro de salud con el fondo de la escuela y tampoco sospechó.
“Cómo le digo le haces caso al director, le haces caso al maestro, cómo le explico que me equivoqué”.
El asunto es grave, pues todos los niños afectados son hijos de madres solteras y uno es huérfano, lamentó.
Otra de las madres de familia relató que su hijo le informó que el profesor lo invitó a la escuela en sábado, le intentó desabrochar el pantalón pero el menor lo evitó.
Cuando su hijo le platicó, comenta que estaba nervioso, que se sobaba sus manos, nunca se imaginó lo que le iba a decir.
Las madres de familia aseguran que el director les pagaba a los niños a cambio de besos en la boca y dejarse tocar.
Exigen ahora que las autoridades actúen en contra del director y piden que no sea reubicado a otra escuela porque va a pasarle lo mismo a otros niños.